“Una guerra breve y amarga”

“Una guerra breve y amarga”


MARIO R. ARGUETA

Así se intitula la obra, objetiva y desmitificadora, escrita por el historiador salvadoreño Carlos Pérez Pineda, producto final de años de investigación y entrevistas realizadas a los protagonistas, tanto en su país como en Honduras, la que presentará en San Salvador este 14 de julio.

Esa fecha marca el inicio de la invasión por tierra del Ejército y Guardia Nacional de la vecina nación a territorio patrio, provocando muerte, destrucción, pillaje en poblados fronterizos. Hoy se recuerda el 47 aniversario de tan trágico acontecimiento, que tuvo diversas repercusiones para ambas repúblicas y que, en el caso salvadoreño, fue el preludio de su guerra civil, iniciada en 1980 y concluida, en su fase bélica, en 1992.

La bibliografía relativa a esta llamada “guerra de los desposeídos” por el estadounidense Thomas P. Anderson es cada vez mayor. Se inició el mismo 1969 con el lúcido ensayo del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAH, coordinado por el economista Virgilio Carías: Análisis del conflicto entre Honduras y El Salvador, en el que expone las causas subyacentes al enfrentamiento: demográficas, sociales, económicas.

Carías y Daniel Slutzky ampliaron dicho trabajo al publicar “La guerra inútil: análisis socioeconómico del conflicto entre Honduras y El Salvador” (1971).

Posteriormente aparecieron estudios legales, diplomáticos, militares, además de testimonios de actores civiles y castrenses involucrados en el curso de los acontecimientos, que han enriquecido la bibliografía pertinente. Mencionemos algunos: William Durham y Scarcity and Survival in Central América; John Matz, Central American Soccer War: Historical Patterns and Internal Dynamics of OAS Settlement Procedures; James Rowles, “El conflicto Honduras-El Salvador y el orden jurídico internacional”.

Jorge Fidel Durón publicó “La batalla de Washington”, César Elvir Sierra es autor de “El Salvador, Estados Unidos y Honduras: la gran conspiración del gobierno salvadoreño para la guerra de 1969”. La historia militar y diplomática de las guerra de las 100 horas de 1969, Eduardo Bahr y “El cuento de la guerra”. A él le tocó, en su condición de Canciller, firmar el Tratado de Paz en 1980, que solucionó, parcialmente, la controversia limítrofe que se remontaba al período Colonial, definitivamente resuelta con la sentencia de la Corte Internacional de Justicia emitida el 11 de septiembre de 1992.

Quien desee ahondar en este aspecto del Derecho Internacional, lo remito a las obras de Gerardo Martínez Blanco, Carlos López Contreras y la obra editada por nuestra Secretaria de Relaciones Exteriores, intitulada “Definiciones soberanas” (2005).

La deficiente conducción de la defensa de nuestra soberanía por parte del entonces Presidente de la República, General Oswaldo López Arellano, que dejó al desnudo la falta de preparación, la corrupción interna, la ausencia de un plan estratégico preventivo, pese al heroísmo de algunas unidades de Infantería y del arrojo de la Fuerza Aérea, que contribuyó decisivamente al colapso de la ofensiva salvadoreña, más el respaldo de la población civil al esfuerzo bélico, se unieron para ponerle un alto a sus pretensiones continuistas, ya que se vio obligado a deponer sus ambiciones reeleccionistas, convocando a elecciones, en las que triunfó el Partido Nacional y su candidato Ramón E. Cruz, quien tomó posesión el 6 de junio de 1971, para ser derrocado por un incruento golpe de estado el 3 de diciembre de 1972 por el mismo actor causante de un baño de sangre al deponer el régimen de Ramón Villeda Morales, el 3 de octubre de 1963.

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