Sembrando el pánico

Sembrando el pánico


Por Boris Zelaya Rubí

“Con mucha sorpresa pude constatar, que llega información de las ONG’s, a nivel de la administración, a la oficina de los congresistas y senadores (USA), que muchas veces proviene de hondureños y hondureñas que tergiversan la verdad, aún sabiendo que con eso le hacen un enorme daño a Honduras”.

Actúan como barrenderos, van recogiendo todo tipo de adversarios del Partido Nacional, para sembrar el pánico haciendo correr la voz, que la reelección dará origen a montoneras sangrientas en todo el país ¡falso! Más de la mitad de los electores, no están de acuerdo con el clima de inseguridad nacional que según los izquierdosos y sus socios provisionales, quieren hacer creer que explotará antes de las justas electorales.

Son tan grandes sus ambiciones de poder, que se acuestan soñando y pidiéndole al “Dios de ellos”, que amanezcan muchos muertos, desmembrados y encostalados, secuestrados, buses quemados y algún escándalo de corrupción, para tener material y denunciar en el exterior que Honduras es el peor país del mundo, el más inseguro y no apto para invertir. Algunos se cobijan bajo el manto de asociaciones civiles, ONG’s, instituciones académicas, de derechos humanos, feministas, etnias, sindicatos, etc., todos se identifican a sí mismos como hombres y mujeres de izquierda. Estos malos hijos de Honduras, traidores a la patria son capaces de llegar a estrategias maquiavélicas insospechadas para lograr sus fines. ¿Qué pretenden al estar reviviendo heridas o mejor dicho la historia de los actos de corrupción desde la vida independiente del país? ¿Sembrar el odio para atraer incautos, que piensen que ellos son hombres honrados? ¿Ojalá que ninguno al ser señalado injustamente, pierda la cordura, porque de repente no serán vasos de agua los que lanzarán?

Tratan de infundir pánico entre la población los “ñangaritas de cafetín” gritando ¡tomen los AK-47!, metámosle fuego a la Corte Suprema de Justicia ¡vamos a la revolución! y un montón de sandeces que demuestran que “la fuerza es el derecho de las bestias”. Se han asociado con un partido de reciente fundación, cuya consigna había sido una rotunda guerra contra la corrupción, pero el dueño y fundador está convirtiéndola en una llamarada de tusa, al pretender unirse con grupos políticos en cuyas filas pululan los corruptos, dando pie al famoso refrán de “dime con quién andas y te diré quién eres”. Los partidos manejados como exclusiva propiedad de sus fundadores, están en contra de la reelección, perdón, uno de ellos condiciona su participación a la del actual mandatario, e irónicamente están contra la dictadura como llaman ellos al gobierno nacionalista.

Son tantos los movimientos para las elecciones primarias que el trabajo de los “expertos en campañas políticas” o “fabricantes de imagen”, tienen que inventarles mil atributos. La labor ha de ser ardua, tendrán que hacer milagros por los “valientes” pretendientes a la Presidencia de la República, que no tienen ni los mínimos requisitos para llegar a ostentar tan importante cargo, únicamente el valor, la ambición, la viveza o lanada aprendida en las calles, otros con la experiencia del pasado de haberse zambullido en las arcas del Estado, como si fuera su propia alberca.

Suerte para aquellos que se convierten en líderes a través de las redes sociales y no necesitan de una organización, con un programa en los medios de información pueden aparentar ser grandes conductores de masas, sin poseer un mediano conocimiento sobre la administración pública y la forma de conducir un país. Les basta con adoptar poses dramáticas espectaculares y usar un lenguaje soez, acompañado de gestos similares a los usados por los pandilleros.

En el mes de otro aniversario de la guerra con El Salvador, les decimos a los corruptos (aquellos que todos saben quiénes son, aunque no tengan el uniforme color naranja con el número en el pecho) que se quieren colar en las planillas, que han sido eternamente amañadas en elecciones internas, como una jugada con dados cargados o cartas marcadas, aún siendo hijos de ciudadanos ¡no pasarán! De lo contrario será el candidato quien pagará las consecuencias, aunque tenga la venia de todos los “tíos” habidos y por haber.

De rodillas solo para orar a Dios.

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