La Ley de Tuchman

La Ley de Tuchman


Por Francisco Zepeda Andino
Cnel. ® FAH

La libertad de expresión es uno de los derechos universales incluido en el Artículo19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Es una característica esencial de los sistemas de gobierno democrático. El derecho de una población nacional de estar informada era, hasta hace unos años, circunscrita a diarios o prensa escrita, libros, radio y posteriormente, televisión. En la actualidad las redes sociales de internet han elevado exponencialmente el flujo de información disponible. En cualquier parte del mundo si usted desea leer los principales diarios de diferentes naciones, solamente debe tener el medio tecnológico para hacerlo e inclusive ver los programas de noticias o generales de un determinado canal de televisión.
Dentro del panorama de violencia criminal que los hondureños hemos estado sufriendo, el reportar con lujo de detalles actos gráficamente impactantes, puede tener algún grado de afectación en la salud mental de la población. No se trata de encubrir una realidad sino de resaltar o enfatizar actitudes y acciones negativas criminales. Cuando un medio impreso mantiene en su página principal virtual una noticia de un hecho sangriento con varios días de antigüedad, puede estar proyectando una imagen de actitudes negativas para quienes se ven expuestos a la información.
Existen países que aún teniendo iguales o peores índices delincuenciales que los nuestros, cuidan mucho el propalar esas acciones y solamente son visibles en espacios muy reducidos de medios de comunicación.

La periodista y escritora norteamericana Bárbara Tuchman, ganadora del Premio Pulitzer por su obra “Los Cañones de Agosto”, detallando los inicios de la Primera Guerra Mundial, en la introducción de su libro “Un Espejo Distante”, propuso haber identificado un fenómeno histórico al que llamó “Ley de Tuchman”.

Según Tuchman: “Desastre es raro tan penetrante como aparece en explicaciones reportadas. El hecho de estar registradas lo hacen aparecer continuado y ubicuo mientras que es más probable que haya sido esporádico en tiempo y lugar. Además, persistencia de lo normal es usualmente más grande que el efecto del disturbio, como lo conocemos en nuestro tiempo. Después de absorber las noticias de hoy, uno se espera enfrentar un mundo consistiendo enteramente de huelgas, crímenes, fallas eléctricas, tuberías principales de agua rotas, trenes parados, escuelas cerradas, asaltantes, drogadictos, neonazis y violadores. El hecho es que uno puede regresar a su hogar en la noche -en un día con suerte- sin haber encontrado más de uno o dos de esos fenómenos. Eso me ha llevado a formular la Ley de Tuchman como sigue: “El hecho de estar reportado multiplica la extensión aparente de un acontecimiento deplorable en cinco o diez veces más”, (o cualquier cifra que el lector quiera dar)”. Traducción libre del autor de este artículo.
La Ley Tuchman ha sido definida como el principio sicológico de “preparación perceptual” o “probabilidad subjetiva”.

La llamada “nota roja”, muy visible en nuestros medios de comunicación, repetida en diarios, televisión y radio, sería muy interesante ser abordada por conocedores de procesos sicológicos, de salud mental u otros fenómenos sociales y tratar de determinar el grado de influencia en la repetición de similares actos. Hasta hace unos años, la sociedad hondureña no había sido expuesta a los crímenes de “encostalados” o “ensabanados”, que reciben amplia cobertura periodística. ¿Es esa cobertura un incentivo necesario en la retorcida mente de un criminal para imitar lo reportado?

No se trata de censurar formal o informalmente noticias. Se trata de mantener una perspectiva racional y entender que existen personalidades con fenómenos mentales, producto de diferentes variables en su formación.

Todos los medios de comunicación masiva, ejerciendo el principio de libre expresión, tienen el derecho irrestricto de informar pero también tienen una responsabilidad inherente del bien común. Aún en países que se distinguen por su adherencia a las libertades públicas, existen regulaciones cuando se trata de los derechos colectivos de la sociedad o personales del individuo.

El escritor español Manuel Blanco Tobío, escribía en 1981 sobre la Ley Tuchman lo siguiente: “Pero al mismo tiempo no es menos deplorable el que en virtud de la Ley Tuchman y otras complicidades, cada vez la opinión pública mundial esté más desinformada e intoxicada, además de asustada del mundo en que vive del que solo espera golpes, habiendo perdido por todo ello la confianza en los gobiernos, en las instituciones, en la técnica, en la ciencia, en el futuro y finalmente en el prójimo…”.

“La libertad obliga a la prudencia: los mutuos deberes al respeto”. José Martí.

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