Amistad, amigos y política

Amistad, amigos y política


Por Marcio Enrique Sierra Mejía

Para unos la política, más de una vez, puede crear extraños compañeros de cama, alianzas imposibles como las que protagonizan las facciones de la izquierda LIBRE y el Partido Nacional en Honduras. La relación entre los principales dirigentes de ambos partidos, lejos de unirles la amistad, se resume en la conveniencia mutua por mantenerse en el poder. ¿Será posible un vínculo más estrecho entre políticos? Por lo que percibo en nuestra sociedad política, es algo prácticamente imposible, cualquier tipo de amistad que se tenga, cuando el poder se cruza por medio todo cambia.

El poder afecta a las personas y especialmente a las que cultivaron la amistad por mucho tiempo como amigos. Una de esas amistades truncadas por los entretejidos de la política que me viene a la cabeza es la de Manuel Zelaya (Mel) con los amigos salesianos que tuvo y que vivió momentos de alegría e intensa amistad. Con el tiempo los amigos acaban peleándose cuando hay poder de por medio. Las puñaladas son tremendas y la ambición desmesurada. Privan los intereses mezquinos.

Sin embargo, en Honduras soy testigo de largas amistades que han logrado vencer el alejamiento silencioso que se adopta, para guardar las apariencias, que dardos envenenados son lanzados por los medios de comunicación. No necesariamente opera ese dicho de “lo que la política unió, la política separó”.

Puedo dar testimonio, de amistades que no comparten de la misma ideología y militancia que han logrado con el correr de los años mantener los lazos de amistad, que forjaron durante su infancia y adolescencia. No siempre la política destruye la amistad que ha logrado mantenerse en el tiempo.

La amistad es una relación que al cultivarla va generando un sentimiento desinteresado y puro que une a los seres humanos, los cuales por intermedio de la confianza, lealtad, sinceridad o apoyo construyen una relación de afecto. La amistad es tan importante que hasta en las sagradas escrituras podemos encontrar el valor de la amistas: “Un amigo fiel es escudo poderoso; el que lo encuentra halla un tesoro. Un amigo fiel no se paga con nada, no hay precio para él. Un amigo fiel es bálsamo para la vida, los que temen al Señor lo encontrarán”.

La política es el arte de servir, la cual propende en la búsqueda del bienestar general, lograr objetivos colectivos que nos conllevan a mejorar las condiciones de vida de una sociedad para garantizar una convivencia en paz, con satisfacción plena de sus necesidades y el bienestar de toda la gente.
Analizando los dos conceptos podemos deducir que son concepciones semejantes que en la vida diaria pueden coexistir y complementarse, para que de la mano pudiésemos construir una sociedad más equitativa, estable y con las bases esenciales para lograr el desarrollo y progreso que la guíe al mejoramiento de las condiciones de vida de cada uno de sus integrantes.

Sin embargo, en Honduras podemos constatar que son contraposición la una de la otra, y que continuamente llega a ser un detonante para que el odio y desprecio, se apodere de la condición humana, lo que nos mantiene viviendo en un país de penuria y resentimiento que nos impide vivir en armonía y en paz hasta con nosotros mismos.

Muchos de nuestros gobernantes al llegar al poder olvidan su verdadero círculo de amistades, lo reemplazan por una corte de adulones o comité de aplausos, que aprueban y festejan todas las actuaciones del presidente, sin importar que este acorde a los preceptos legales y las necesidades de la comunidad, lo único verdadero e importante ha sido alimentar el ego del mandatario y garantizar su avenencia para seguir gozando de las mieles del poder.

Pero también es una realidad que muchas personas creen que por la consideración y aprecio que despiertan en el dirigente, pueden disfrutar de tal condición para sacar provecho y beneficiarse de manera descarada de su amistad, para de esta manera usufructuar las oportunidades que le da el poder sin mérito y trabajo que justifique dicha compensación.

Un presidente necesita de amigos que lo ayuden a gobernar de manera transparente, honesta y eficiente, necesitamos que a nuestro gobernante le permitan desarrollar las capacidades y demostrar el conocimiento que tiene, para de dicha manera consolidar una fórmula exitosa e inquebrantable que garantice un trabajo de equipo, que desarrolle las condiciones adecuadas para que la sociedad hondureña logre el desarrollo y progreso armonioso y la satisfacción plena de las necesidades.

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