¿Hacia dónde nos llevan los ataques terroristas?

¿Hacia dónde nos llevan los ataques terroristas?


Por Mario E. Fumero

A partir del 11 de septiembre del 2001, cuando un grupo de Al Qaeda atacó las Torres Gemelas en New York, con 2,978 muertos y 6,000 heridos, la atención al terrorismo ha crecido enormemente y el mismo se ha incrementado en todo el mundo, dando lugar a que el gobierno de los Estados Unidos invada ciertas áreas de la intimidad de las personas y se desarrolle un mayor mecanismo de control sobre las personas.

A partir de ahí, hemos visto cómo el terrorismo se ha extendido por muchas regiones abarcando todos los continentes. Aparece en el norte de Rusia el 4 de septiembre del 2004, con 334 muertos y 783 heridos, después el ataque en la estación de trenes de Atocha, Madrid, el 11 de marzo del 2004, con 191 muertos y 1,858 heridos. El ataque al metro y buses en Londres el 7 de julio del 2005, con 56 muertos y 90 heridos. El acto violente de Anders Behring en Utaya, Noruega el 22 de julio del 2011, con 77 muertos y más de 100 heridos. El ataque al Teatro Dubrovka, en Moscú, con 139 muertos, más los 39 terroristas, más 100 heridos y una larga lista de 10 actos similares en todos los continentes, sin tomar en cuenta los últimos ocurrido en el año 2016 tanto en Estados Unidos, Turquía, París, Bruselas y Alemania.

¿A dónde nos llevan todos estos acontecimientos que tienen a los gobiernos en alerta y a la gente expectante y atemorizada? ¿Dónde será el próximo golpe terrorista? ¿Cómo podrán los gobiernos del mundo frenar la ola de violencia terrorista Islámica y los psicópatas asesinos ramificados en todo el mundo, bajo diversas ideologías? Esto nos lleva a reflexionar sobre las profecías bíblicas respecto a dos hechos que tendrían que ocurrir en los últimos tiempos, previo a la venida de nuestro Señor Jesucristo.

El primero es el surgimiento de una invasión a la intimidad de las personas, que conlleva un control absoluto de las personas en todo su quehacer, incluyendo el aspecto económico, lo cual está claramente relatado en Apocalipsis 13:16-18. Esta acción justifica el socavar los derechos individuales de las personas, algo que hasta hace poco era impensable, pero es la única forma de controlar la crisis de inseguridad por medio del control físico y económico de los seres humanos mediante el llamado sistema del “sello de la bestia”.

El segundo aspecto es el surgimiento de un gobierno mundial, el cual será precedido por un personaje que la Biblia le llama “el anticristo” (1 Juan 2:22) y el cual interviene para unificar una política mundial que por medio de la fuerza, se impondrá para poner orden en el caos, lo cual desencadenará una persecución contra todos los grupos religiosos, sean o no radicales, y en la colada caerán también aquellos que no acepten los parámetros del nuevo orden mundial, el cual luchará contra Dios y proclamará a su líder como un Dios (2 Tesalonicenses 2:4).

Noten que la violencia actual está relacionada con actitudes de fanatismo religioso. El énfasis y la imposición de los antivalores, y la resistencia violenta de algunos grupos religiosos radicales a estos cambios, crearán las condiciones de persecución, no solo a los grupos violentos como ISIS, sino también a todos aquellos que se opongan a los designios del Nuevo Orden Mundial. Estos acontecimientos nos colocan proféticamente en el preámbulo del período de la Gran Tribulación, anunciada en las profecías bíblicas, en donde veremos una unidad de las naciones para forjar las bases de un gobierno mundial. Es entonces que se cumplirá la palabra de Jesucristo en Mateo 24:37, que el mundo vivirá como en los tiempos de Noé, en donde prevalecía la violencia y la corrupción (Génesis 6:11). El Señor tenga misericordia de nosotros.

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