Congreso le regalará la reelección a JOH

Por Armando Cerrato

Impuesta, ilegal, inconstitucional, impopular, en fin una aberración jurídico-política, la reelección a la Presidencia de la República, es el regalo que el Partido Nacional, le tiene preparado al actual titular del Poder Ejecutivo, Juan Orlando Hernández Alvarado, quien en sus proyecciones ve a ese ente al frente del gobierno por 50 años.

La entrega la hará en sesión solemne el Congreso Nacional, en la ciudad de Gracias, departamento de Lempira, donde el mandatario tiene enterrado el ombligo y donde el Congreso se reúne desde hace dos años para conmemorar in situ el Día de la Hondureñidad, el 20 de julio, señalado también como Día de Lempira, cacique de la etnia lenca que resistió la colonización española.

El magnífico obsequio se materializará por la vía de la reglamentación de la reelección, copiando el modelo de los Estados Unidos de América, en cuanto al término de gobierno, es decir por tan solo un período más y disfrazada la decisión de petición colectiva para lo cual los nacionalistas presentarán al pleno de diputados listados con más de un millón de firmas, que han recolectado, comprado e intercambiado por bolsas de comida y ofreciendo bonos extraordinarios a largo plazo entre la empobrecida población.

Para poner en vigencia un reglamento, los diputados no necesitan más que una mayoría simpe (mitad más uno del quórum asistente) que los nacionalistas creen tener asegurada en base a alianzas y otras tranzas de tipo económico que siempre se dan con algunos opositores a los que poco importa el señalamiento eterno de traidores a sus respectivos partidos políticos.

El quid del asunto estriba en que se va a reglamentar una figura ficticia, pues en la Constitución la reelección no se contempla, es más se prohíbe y pondera la alternabilidad en el poder a grado tal que la pretensión de permanecer en el poder le costó la destitución semiviolenta de la Presidencia de la República al liberal José Manuel Zelaya Rosales, el 28 de junio de 2009.

Por ello la mayoría de los ciudadanos no son partidarios de la reelección, porque no es posible que lo que era malo ayer hoy sea bueno, gracias a la aberración jurídica de cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que sin tener competencia declaró inconstitucional el Artículo 239 de la Carta Magna hondureña y otro del Código Penal donde se prohibía a los funcionarios públicos el hablar de reelección, penando el delito con traición a la patria.

Pero quince diputados del Partido Nacional y el expresidente por ese mismo ente, Rafael Leonardo Callejas, solicitaron se declarara la inconstitucionalidad e inaplicabilidad de los términos jurídicos algo que por la misma Constitución solo compete al Congreso y tras un plebiscito.

Callejas calculaba que podría volver al poder pero cayó en desgracia y hoy enfrenta la justicia en los Estados Unidos de América merced a haber recibido coimas de empresas internacionales como dirigente de la Federación de Fútbol de Honduras, y podría ir varios años a la cárcel, mientras se le ha permitido defenderse en libertad usando un grillete de control electrónico tras el pago de una millonaria fianza y atendiendo a que se entregó voluntariamente a la justicia norteamericana.

Fuera de Callejas, aspira a volver al poder José Manuel Zelaya Rosales, quien fundó y maneja el partido Libertad y Refundación (LIBRE), que en su primera aparición en la palestra se convirtió en la segunda fuerza del país, y que merced a la aspiración de su dirigente podría hacer lado a los nacionalistas en la votación que van a tener en Gracias.

Mientras los expresidentes Roberto Suazo Córdova y Carlos Roberto Flores Facussé, del Partido Liberal; y Porfirio Lobo Sosa y Ricardo Maduro Joest, del Partido Nacional, han manifestado no estar interesados en participar de nuevo en busca del poder, dando por hecha la reelección que sigue siendo a todas luces impopular.