La voz y los silencios de la Maccih

La voz y los silencios de la Maccih


OCTAVIO CARVAJAL

Parece raro que la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) riñó la excarcelación del periodista Henry Gómez por lavar dinero del Seguro Social y esté muda con más de 3 mil juicios varados en la Fiscalía y la presunta implicación de un togado en compras falseadas cuando fue empleado del Instituto Hondureño de Formación Profesional (Infop).

Gómez, quien no forma parte de los “intocables del IHSS”, fue capturado, llevado a prisión al aceptar que recibió más de 600 mil lempiras de empresas de maletín beneficiadas con el colosal fraude perpetrado en el gobierno anterior. El cronista recobró su libertad y la Maccih no tardó en refutar la decisión del juez.

Creemos que este ente contra la pudrición avalado por la Organización de Estados Americanos está en su derecho de debatir el indulto de Gómez y el de quien sea por el atraco al Seguro Social y de cualquier otra institución donde el servidor público con secuaces cometan robos execrables. Cero miramientos.

Contrario y curioso al brinco de la Maccih con Gómez es que no rebate la flojera de la Fiscalía con más de 3 mil expedientes dormidos y una “línea de investigación” incoada por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) contra el magistrado José Olivio Rodríguez, un diputado y un funcionario que habrían cometido un dolo millonario en adquirir equipo para el Infop.

Lo aflictivo es que Rodríguez fue “electo con pinzas” para regir los jueces anticorrupción que cuidarán a la Maccih en su lucha contra el pus e impunidad por parte de burócratas. Este cuerpo, aparte de callar, sigue sin dar su seria opinión en torno al togado y sus amigos. El juez, a raíz de la denuncia de EL HERALDO, fue anulado para ver la conducta de otros.

Tampoco han murmurado el fiscal general Óscar Chinchilla ni el jefe de la Corte Suprema de Justicia, Rolando Argueta (un enamorado de la comida española), ni el Congreso Nacional, que tiene la última palabra si destrona o no al honorable Rodríguez que preside la sala de lo penal. Por favor no se hagan los locos, que no somos tontos.

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