No se puede, señores

No se puede, señores


OLBAN VALLADARES

El viernes, Renato publicó las declaraciones honestas de la exmagistrada Silvia Santos, luego que la CSJ emitiera el funesto fallo declarando viable la reelección y la “no aplicabilidad” de las disposiciones de la Constitución que prohíben el continuismo.

Todo este proceso viciado es una aberración jurídica.

Declarar “la inaplicabilidad” de una norma pétrea constitucional es como declarar que los “Diez Mandamientos” no son aplicables porque fueron dictados por Dios para otros tiempos y otras gentes.

Si se aferran a la posición absurda de que la oportunidad para que el hondureño exprese su voluntad de reelección será en las elecciones generales, el delito de Traición a la Patria se verá doblemente consumado porque el solo hecho de que un expresidente sea candidato será una flagrante violación de la Constitución, porque esa prohibición no ha sido derogada por la única vía que nuestra Carta Magna prescribe, la de un plebiscito convocado exclusivamente para que todos los electores (No solo cachos o libres) manifiesten su acuerdo con el continuismo, aunque los mandatarios resulten mediocres en el manejo de la administración pública, pero grandes genios en el manoseo de los recursos para financiar campañas. Reconozco la hidalguía de Renato en admitir la existencia de un engaño, perverso y ofensivo, de parte de los artífices de este atraco a la soberanía.

La fiscalía debe pronunciarse prontamente y sin sesgos inducidos, sobre el reclamo del Frente Patriótico de investigar a diputados y magistrados en relación con el fallo de la Sala Constitucional.Pedimos respetuosamente a los exmagistrados de dicha Sala que se pronunciaron, forzados en su momento, o luego intentaron retirar su voto, para que imiten el gesto de la abogada Santos en el sentido que lo que se aprobó fue la despenalización del acto de hablar de la reelección y no de autorizar la reelección. No se puede señores, el 75% del pueblo ya se manifestó, en múltiples encuestas confiables, en contra del continuismo; si insisten en su necedad de revolver el avispero, mucho cuidado; dejen que el pueblo ratifique su oposición o bien cambie de opinión, pero en un plebiscito expresamente convocado para ese fin con un sí o un no como única respuesta; no estiren el hule, les va a reventar en la cara.

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