Petróleo barato, dólar caro

Petróleo barato, dólar caro


Por: Roberto C. Ordóñez
Ya es casi un axioma que el precio del petróleo es inversamente proporcional a la cotización del dólar norteamericano, principal divisa mundial.

¿Por qué? Una explicación simplista. Porque los Estados Unidos son los mayores importadores del mundo y si baja el precio pagan menos por sus importaciones, aumentando sus reservas monetarias y el precio de su moneda. También hay muchos otros factores que hacen que el precio del oro negro suba o baje.

Las guerras en el Oriente Medio; las manipulaciones de la OPEP; las razones geopolíticas dictadas por los poderosos del mundo, etc.

De por sí, el petróleo, como prima donna, si fuera una mujer y primo oumo si fuera un hombre, es veleidoso en cuanto a su precio. Sube y baja casi diariamente y los pronosticadores han fallado en todas sus predicciones en cuanto a su precio a largo y mediano plazo.

Los acontecimientos ocurridos en Inglaterra con motivo del Brexit inmediatamente hicieron que bajara el precio del crudo, pero pocas horas después se recuperó, no así la libra esterlina que sigue en picada, así que en este caso no se cumplió el axioma. La libra está barata y el petróleo del Mar del Norte sigue con sus vaivenes.

Los expertos pronosticaron que el precio del crudo se derrumbaría hasta los veinte dólares por barril con motivo de la suspensión del embargo a Irán, debido a que aumentaría la oferta mundial, pero no ocurrió así. El precio nunca bajó hasta veinte dólares.

Cuando los almacenes de reserva de los Estados Unidos están repletos, el precio del petróleo se cae y ahora que los gringos superan a Rusia y Arabia Saudita en cuanto a reservas petroleras en el subsuelo, la cosa pinta más complicada.

En Honduras, como somos diferentes, no se cumple el axioma de dólar caro y petróleo barato. Aquí semanalmente suben precios de los combustibles y entre más se devalúa el indito y el dólar se revalúa, son más caros.

La gente se queja de que aunque el precio internacional baje, el precio en las gasolineras catrachas sube y la razón es sencilla. No producimos petróleo y para comprarlo debemos pagarlo con lempiritas devaluados frente al dólar caro.

Por si eso fuera poco, por cada galón importado, además de los impuestos contenidos en la famosa fórmula, los consumidores pagamos 32 lempiras de impuesto específico por la gasolina superior; 28 por la regular y casi 20 por el diesel. Cualquiera que sea el precio internacional, barato o caro, el impuesto específico  es el mismo y por esa razón al gobierno no le interesa establecer medidas para ahorrar combustibles. Entre más consumimos, mejor para el fisco.

Todos los días conocemos el precio de los combustibles en los países centroamericanos. Los más caros son en Nicaragua y Costa Rica, lo cual resulta contradictorio, porque Nicaragua como miembro de Alba recibe petróleo barato de Venezuela y Costa Rica tiene su refinería .

La explicación en Nicaragua es que todos los recursos de Alba son manejados por la familia carnal y política del comandante guerrillero Ortega y estos fijan los precios a su antojo.

En Costa Rica el asunto es que la empresa estatal Refinadora  Costarricense de Petróleo (RECOPE), como buena empresa pública, acumula grandes pérdidas y tiene un enorme endeudamiento que debe ser pagado por los consumidores.

En El Salvador y Guatemala los impuestos de importación son más bajos que aquí.

En nuestro caso, que no producimos nada exportable que sea indispensable para los compradores extranjeros, la cosa es peor.

La devaluación la pagamos todos los consumidores, ricos, pobres y pobrísimos, porque la clase media desapareció. Lo que compramos, aunque sea producido aquí, todos los días es más caro, incluyendo la electricidad con todo y apagones.

Volviendo al principio y al título, en resumidas cuentas el precio del dólar es determinante en el precio del petróleo, pero no es el único factor.

El precio no es fortuito o librado a la buena o a la mala suerte. El precio del crudo y de sus productos refinados es fijado  por las grandes economías del mundo y la especulación juega un importante papel.

Resignémonos a comprar combustibles caros hasta que San Juan baje el dedo…

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