Mediocridad colectiva

Mediocridad colectiva


GASPAR VALLECILLO MOLINA

La UNAH es el reflejo de nuestra mala educación básica y no procuramos ni exigimos mejorar. Mediocridad. Cuando nos aceptan en una institución de enseñanza donde hay planes y cambios exigidos por el tiempo y circunstancias, no hay derecho al rechazo, solo el deber de lograr un mejor índice académico que nos haga competitivos. Universidad que no se actualiza fracasa en su objetivo.

Es terrible sobrevivir sin saber porqué ni para qué y peor ser parte de la mediocridad colectiva que brinca y grita sin razón no razonada. Recordemos que el político tiene como fin único el poder, que no es ético ni moral, y que no puede dar nada de lo poco que tiene, lo que nos obliga a luchar contra la mediocridad para que no nos roben el ánimo y la esperanza.

Entristece que la juventud no tome consciencia y pretenda obtener todo rápido, sin esfuerzo ni visión de futuro. Perdió el valor en la revuelta callejera de masas no pensantes. Grito de mediocres. Ahora un rostro cubierto, un puño cerrado con una piedra o arma tienen más valor que la prudencia y la inteligencia. Penosa realidad. Los padres de esos jóvenes no los controlan porque tampoco en su hogar profesan los valores o los utilizan para protestar imponderables imprevisibles cuya consecuencia no pueden estimarse. Lo mediocre se hereda por irresponsabilidad paterna imperdonable.

En el conflicto de la UNAH hay sin duda una fuerte participación política sectaria unida a la mediocridad estudiantil y docente que vocifera por el pase fácil sin mayores requisitos oponiéndose a normas que mejoren su rendimiento para un mejor desempeño profesional futuro. También los politicastros aumentan el enfrentamiento pidiendo la destitución de la rectora. Inocultable y reprochable. ¿Qué puede esperar la juventud que se estime pensante y agradezca la oportunidad de superarse de “Mel” Zelaya, prófugo del estudio con vergonzoso índice académico de 33%?

Fue Presidente de Honduras porque el pueblo en su ignorancia desconocía su incompetencia. Ahora alardeando la impunidad ilegal dada por Lobo, otro mediocre y corrupto confeso, pide las AK-47 para imponer su intentona reeleccionista. Sedición que para la inútil Fiscalía es gracejada que celebra. Mediocridad oficial. Un diputado justifica “que los estudiantes se cubran el rostro para no ser identificados por la dictadura de JOH”, otro anarquista arremete contra la aplicación de la Ley. Silenciados estarían estos valientes en la Venezuela del Chávez sin retorno y de Maduro sin futuro que se dicen seguidores de ese socialismo fracasado en países ayer comunistas confundidos y hoy capitalistas convencidos. Populismo mediocre peligroso.

La información al pueblo es sesgada y cegada. Los exrectores y otros “entendidos” ahora sin memoria recetan lo que no hicieron y se prestan al juego político que nos está minando. Somos más los honestos que los corruptos como más los padres de estudiantes que desean mejor preparación para que sus hijos no sean conformistas mediocres que se “preparan” para andar derroteros de incompetencia e improductividad.

¿Por qué no son bien recibidos en la empresa privada? ¿Por qué su desempleo? Por mal preparados sin satisfacer las exigencias del desarrollo de nuestro país. Aún se pude encontrar la solución, con la cara limpia y el corazón puesto en Honduras.

“Te quejas de las censuras de tus maestros, émulos y adversarios, cuando debieras agradecerlas. Sus golpes no te hieren; te esculpen. Santiago Ramón y Cajal”. Mantener ese status quo es tarea incivilizada de la mediocridad colectiva.

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