¿Vamos a otra crisis similar tipo 2009?

¿Vamos a otra crisis similar tipo 2009?


Por Óscar Lanza Rosales
olanza15@hotmail.com

Con la ratificación de la actual Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de la sentencia dictada en abril 2015, de declarar inaplicable el artículo 239 de la Constitución de la República, haciendo viable la reelección presidencial, y con lo manifestado por el presidente de la CSJ que ese tema es cosa juzgada, esto se pone color de hormiga como decimos los hondureños cuando está a la vista un gran problema.

Comparto el análisis que realizó el general Romeo Vásquez Velásquez en el telenoticiero Frente a Frente la semana anterior, en el que concluye que con las decisiones y acciones que realiza el actual gobierno, parece que nos lleva a otra crisis similar a la de junio de 2009, porque amenazan la paz social y el sistema democrático que queremos los hondureños.

Con esta ratificación, la CSJ viene a sumarse al poder absoluto que tiene actualmente el Presidente Hernández, de tener bajo su influencia los tres poderes del Estado y el Ministerio Público. Aparentemente, ellos son sus apoyos incondicionales, hasta para su reelección.

Un presidente que no tiene la voluntad para realizar las reformas electorales pertinentes para volver representativa la cúpula del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y aprobar la segunda vuelta, que es tan necesaria, por el gran fraccionamiento de la masa electoral. Y que además de eso está tomando medidas arbitrarias y absolutistas como las siguientes:

* La negativa a la población de la capital, para seguir contando con Toncontín, como un aeropuerto para vuelos domésticos. Todos los sectores sociales de la capital se han pronunciado haciendo esa petición, pero no hay señales que se oiga. Hasta el alcalde Asfura y el exalcalde Álvarez se han dado vuelta.

* El cierre en vez de reestructuración de la DEI para sustituirla por la SAR, el pueblo lo ve como una decisión injustificada, que lo único que perseguía era deshacerse de los empleados que no son nacionalistas para incorporar solo a sus correligionarios en la nueva institución. Y eso es un insulto a la pobreza de nuestro país, porque en este cambio se va a gastar 40 millones de dólares (900 millones de Lempiras), incluido un préstamo del BID de 27 millones de dólares. En el pasado ya se han realizado en nuestro país esos experimentos y han sido un fracaso, como el caso del Banafom al actual Banadesa que está en bancarrota.

* La decisión que está por tomarse de bombear parte del agua de la represa Nacaome para la capital para atender sus necesidades, incumpliendo a medias el objetivo original de esa represa para proporcionarle agua a 190 comunidades y a los sistemas de irrigación del valle de Nacaome. Parece que el trasfondo del proyecto, es proporcionarle el recurso hídrico a nuevas urbanizaciones del Cerro de Hula, que es por donde va a pasar el acueducto.

* Y por último la intención del Presidente Hernández de construir un megaparque en Casamata donde están las oficinas de la Policía Preventiva. Una idea que la ciudadanía no ve con buenos ojos, en primer lugar porque si se hace realidad la construcción va a destruir una infraestructura que le cuesta un ojo de la cara al pueblo, entre 50 y 100 millones de lempiras, que podría servir para una escuela, instituto u oficinas gubernamentales. Y en segundo lugar ese terreno donde están esas instalaciones no llega ni a dos manzanas, por lo que el parque que se piensa construir no llegaría ni a nivel de miniparque.

De todo lo anterior se desprende que el Presidente y su equipo de gobierno no es muy atinado en sus decisiones, las cuales si se hacen realidad van a crear un gran descontento en la población, principalmente de la capital, el valle de Nacaome, y en todos los empleados (y sus familias) que se fueron de la DEI, que ya es una realidad. Y a esto súmele el descontento de los opositores que representan el 66% de los electores, porque el Presidente se opone a la restructuración del TSE y a la segunda vuelta, y solo le interesa su reelección.

Frente a un descontento generalizado, por todo lo anterior y los casos no resueltos de corrupción del IHSS, IP, INJUPEMP y SOPTRAVI, que nos pueden conducir a una crisis similar a la del 2009, valdría la pena que el Presidente Hernández desista de la reelección y tome sabias decisiones, con austeridad, sentido común, y en pro del bienestar de la población, para no ver convulsionado el país en el 2017.

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