Sin castigo, los ilícitos se repetirán eternamente
Sin castigo, los ilícitos se repetirán eternamente
Por Boris Zelaya Rubí
“Las reglas son las que nos mantienen alejados de un mundo desenfrenado, con personas haciendo lo que quieren por cualquier lado. El problema es que entre las personas encontramos ladrones, violadores, asesinos, etc., que sin freno, se les facilitaría la tarea mucho más”.
Los últimos acontecimientos sobre actos delictivos, ejecutados supuestamente por los que han jurado “servir y proteger”, han conmovido tanto a nuestra sociedad, que ya son varias las personas que prefieren vender lo poco que tienen y dejar la tierra de sus antepasados, en busca de paz y tranquilidad. ¡El temor con que viven, los hace agradecer al Señor por cada día de vida! Y no podemos ser injustos y señalar solamente a unos pocos, también tienen culpa los que, con su ejemplo al convertirse en funcionarios corruptos, han promovido el deseo de muchos de entrar en la política para llegar a un cargo y hacerse millonarios de la noche a la mañana. Igual sucede con los que se han dedicado a convertir en puerto seguro nuestro territorio para que circule la droga hacia otros países.
Para muchos, la moral, la ética y las buenas costumbres son cosas de “amanerados”, aquí el que no se defiende a mordiscos, patadas y sopapos desde los colegios (bullyng) ¡no tiene futuro! Existen personas honradas en Honduras ¡claro que sí! Pero normalmente protegen sus vidas y son víctimas del silencio cómplice, convirtiéndose en simples espectadores. ¿Cuántos delincuentes, como les dice el pueblo, de “cuello blanco” pasan muchos años con medidas cautelares, firmando cada semana o quincena un libro ¡sin ser condenados!? Esperando algún “amigo” que tenga influencia, para lograr su sobreseimiento definitivo, pero si se pregunta por el desarrollo de los casos, la respuesta es que ¡están en secretividad! y forman parte de la mora judicial. Y como no hablar de los grandes penalistas (no todos) que son expertos en encontrar la forma de alargar los juicios para defender a sus clientes, aunque sean los mayores delincuentes de la historia de este tan vapuleado país.
Ahora están hablando que ni siquiera se deben exhibir públicamente a los malhechores, porque si resultan inocentes se les habrá dañado su honra ¡bah! Lo que tienen que hacer es obtener las pruebas irrefutables, con métodos científicos antes de proceder a las detenciones, porque para lograr puntos en política, conocimos unos que creen que las personas olvidan y perdonan, que usaron arbitrariamente el poder desde sus posiciones, para hacerse nombre a costa “de matar socialmente” a varias personas.
Es tiempo como anuncia el Presidente Hernández de devolverle la confianza al pueblo, se necesitan cambios radicales y castigos ejemplares, (sin nombrar en las comisiones a los mismos que ya aburren). Tengamos fe, en que todos los hondureños contribuiremos y no desatarán las furias con fines electoreros, arengando al pueblo a tomar medidas que desestabilicen nuestro sistema de gobierno. La ciudadanía observará sus peticiones y la contribución para hacer de Honduras nuestra apacible cuna de nacimiento y vida trasmitida a nuestros descendientes.
Las autoridades deben publicar un catálogo con las fotos de los delincuentes ya condenados, para que al cumplir su castigo, no se filtren en organizaciones de seguridad privada o los violadores en algún centro escolar. Así, aunque tengan la oportunidad de reinsertarse como personas útiles a la sociedad, sus empleadores, como dice Juan Pueblo ¡estarán ojo al Cristo! Por aquello de que se les revivan sus bajos instintos.
¿Se le podrá pedir a la MACCIH que obligue al Poder Judicial a publicar los argumentos legales con que eximieron de responsabilidad a tantos personajes nefastos, que la ciudadanía sabe que han sido culpables de las acusaciones por robos al Estado?
Como señalamos anteriormente no todos los funcionarios son delincuentes. Hace unos días el Gran Arquitecto del Universo, llamó a su lado a una persona honrada, el perito mercantil don Norberto Mendoza (Q.D.D.G.) excontador general de la República, de militancia liberal, quién nos distinguió con su amistad. A su esposa la doctora Yolanda Molina de Mendoza sus hijos y demás familiares, que Dios les de la fortaleza y el bálsamo de la resignación por la partida de ese gran hombre. ¡Nos veremos pronto, jefe!
También ha fallecido un gran empresario y amigo, líder de nuestro Grupo (G-40) don Jaime Lacayo Rosales (Q.D.D.G.). Son tantos los buenos recuerdos que si Dios lo permite, los estaremos compartiendo con nuestros lectores, porque una persona de sus quilates no puede pasar al olvido. “Hay un silencio tal por su partida, que la mente para no turbarlo ¡ni a pensar se atreve!”.
Comentarios
Publicar un comentario