La Policía y Pandora

La Policía y Pandora


Por Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)

Según la mitología, los hombres no estaban preparados para manejar el fuego, pero Prometeo contra la voluntad de Zeus se los entregó, como medida disciplinaria Zeus creó a Pandora y la envió a la tierra con su mítica caja, cuyo contenido eran, todos los males y pestes que azotan a la humanidad, teniendo el cuidado de colocar en lo más profundo de dicho cofre y como único bien la esperanza. Esta es la analogía que ahora empleamos, ante acontecimientos sorpresivos, inesperados o desconocidos.

El gran alboroto que han ocasionado los casos que implican a varios policías, unos en servicio activo, otros retirados y algunos ya difuntos, se puede relacionar con la mítica caja de Pandora; la vox populi especula, que hemos tocado fondo, que esto solo es la punta del iceberg o que solo es el comienzo; quizá podría esto también semejarse a una bomba de tiempo, que se programó desde hace más de 40 años, fue cuando se comenzó a notar el crimen organizado en el país, recordemos el asesinato de un matrimonio apellido Ferrari, luego vino lo de Mata Ballesteros y lo demás es historia conocida o secreto a voces, el surgimiento del crimen trasnacional, el crimen o delincuencia común, los carteles, las maras y pandillas, es producto, de la poca o nula atención que se prestó al problema, cuando pudo controlarse, sin llegar a los extremos que hoy enfrentamos.

Fue a raíz de la publicación del periódico New York Times, que el escándalo de turno tomó fuerza, tuvo que venir una presión externa a darnos un martillazo y confirmarnos, lo que ya se rumoraba. La MACCIH, es otra presión llegada del exterior a certificar nuestras instituciones de justicia, a esos extremos hemos llegado, nuestras instituciones están tan débiles y deterioradas y no hay confianza en ellas, nos muestran el camino en nuestra propia casa.

Desde los crímenes conocidos por todos como de alto impacto, contra el general Julián Arístides González y el ingeniero Alfredo Landaverde, han pasado varios años, han pasado muchos ministros y muchos jefes de Policía; hoy a raíz de que este laberinto, es impostergable e inevitable resolverlo, aparecen las personas señaladas defendiéndose y justificándose en los medios; por supuesto que hay que seguir el debido proceso, pero retardar la acción de las autoridades, es debilitar la justicia y fortalecer la impunidad.

Sin lugar a dudas, los medios de comunicación han jugado un papel trascendental en este caso, aunque los foros televisivos no son tribunales, estos han servido para mantener viva la llama y la actualidad de muchos casos, que no deben caer en el olvido, es a través de los medios en donde se han expresados acusaciones graves, en contra de muchos ciudadanos pertenecientes a todas las esferas de poder, las cuales no pueden ser ¡desestimadas por la justicia! y guiarse por la famosa premisa ¡caiga quien caiga! a decir verdad, no solo se trata de aplicar un proceso de depuración, policial, pero tratar de aplicar correctivos integrales en todas las instituciones.

La Policía Nacional debe ser apoyada; que sus líderes recuperen la moral y espíritu de cuerpo en su personal, que tenga una definición doctrinaria y estratégica de empleo, que se defina también, su jerarquización y que se le dote de leyes, reglamentos y códigos netamente policiales; de lo contrario en pocos años volveríamos al mismo problema. Se debe comprender que las instituciones jerarquizadas se autodepuran a sí mismas, solo se necesita aplicar su sistema, no inventar métodos lejanos a su doctrina y razón de ser. Sería muy apropiado aprovechar el momentum, y aplicar correctivos a todas las instituciones, relacionadas; recordemos el sistema de justicia es lento, el sistema carcelario está colapsado y la criminalidad persiste.

Quizá sea el momento de endurecer las penas y no amedrentarnos ante la posibilidad necesaria de implementar la pena capital, esto sería ejemplarizante. Solo hay que ver la crueldad de los últimos crímenes publicados en las redes sociales, para comprender que lo que señalo es necesario.

Sostengo que la labor de la Policía es vital para nuestro país, que ninguna otra institución puede suplantarla y que otros cuerpos armados, solo deben apoyarla en tareas legalmente designadas. Además tener presente, que los mandos policiales deben ser estrictamente ejercidos por policías.

¡La esperanza no se debe perder! seguro que después de toda esta conmoción, se marcará un antes y un después para nuestra patria.

“Quien tiene techo de vidrio y se expone a las pedradas, deberá atenerse a las consecuencias de sus acciones”.

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