Agudizar la lucha contra la extorsión

Agudizar la lucha contra la extorsión


Editorial El Heraldo

En las últimas semanas hemos visto un recrudecimiento de las acciones de los extorsionadores, con más muertes de inocentes, zozobra y cierre de empresas.

Este flagelo ya no solo golpea a pequeños negocios, sino que ha ido escalando y extendiéndose ante la impotencia de las víctimas y la sociedad en general que ve a sus autoridades incapaces de ponerle freno.

Aunque parecía que los esfuerzos en el combate de la extorsión eran proporcionales con la magnitud del delito, nos queda ahora la sensación de que se aflojó la lucha y estos grupos criminales que siempre andan tras la jugada no desaprovecharon el traspié.

Las denuncias de extorsión se escuchan en todos lados, mientras las autoridades tratan de recuperar el tono muscular que habían perdido. Sin embargo, como hemos insistido en esta columna editorial, la lucha antiextorsión no va a tener sentido si no se llega a los cabecillas. Capturar a los mensajeros y cobradores no va a detener la extorsión en Honduras. Hay que ir a la raíz y no quedarse en las ramas.

Hay que reconocer que desde su creación en 2013, la Fuerza Nacional Antiextorsión ha tenido significativos logros en su lucha contra los extorsionadores. Sin embargo, insistimos en que esta unidad debe dotarse de toda la fuerza, capacidad tecnológica y recurso humano necesario para hacerle frente a estas organizaciones criminales que amenazan la vida y los bienes de la población.

Recientemente fueron creados los juzgados de jurisdicción nacional para combatir las extorsiones, una medida que permitirá brindar a los jueces la protección que no tenían en los tribunales comunes. Sin embargo es preciso contar también con una legislación penal más a favor de las víctimas, que vele por su vida y no las exponga frente a estos criminales. Solo así se fortalecerá la denuncia y reducirá la ausencia de testigos en los juicios contra extorsionadores. Si para ello es preciso realizar reformas a la ley, entonces deben hacerse y pronto, pero hay que fortalecer cualquier flanco débil que nos limite en la lucha contra uno de los peores flagelos que aquejan al país.

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