La palabra de Henry Osorto Canales
La palabra de Henry Osorto Canales
RAMÓN CUSTODIO
Es comisionado de Policía y ha tomado la palabra para referirse a la corrupción dentro de la Policía Nacional, de la cual es miembro activo, pero sin funciones.
¿Qué ha dicho?
Que un ministro y un viceministro politizaron la Policía Nacional, se repartieron los corredores de la droga (narcotráfico) y de haber trabajado para los carteles.
Sus declaraciones fueron hechas por llamada telefónica en el programa de debates Frente a Frente, de la Corporación Televicentro, cuando se debatía la depuración policial decretada por el Congreso Nacional.
Empezó diciendo: “Los primeros que se tienen que depurar son los políticos, porque también ahí es de donde se ha derivado la corrupción policial. Hubo ministros y viceministros que llegaron en taxi a la Secretaría y después salieron millonarios”.
Aseguró que “(de) estos altos funcionarios, uno se fue a San Pedro Sula y el otro se quedó en Tegucigalpa para repartirse el territorio y los carteles. Uno trabajó con el cartel del Atlántico y el otro con el cartel del Centro y del Pacífico”.
Aseguró que el daño a la institución lo ha hecho una minoría del 5%, “pero esos no son de abajo, son una cúpula manejada por poder que se esconde detrás de un trono”. “No estoy hablando del actual gobierno, el señor presidente está haciendo todo lo que le corresponde, haciendo lo que otros gobiernos no hicieron y estamos con él”. Insistió que el 95% de los policías son honrados, eficientes, y es ese 5% el que daña a la institución, decidiendo quien va a cada posición.
“No obstante al presidente le falta más información, porque debe tener información de todos los sectores, porque a veces el crimen organizado tiene asesores; y qué es lo que va a asesorar un empleado de un narco, lo que le conviene al cartel”.
Aconseja ir por los de arriba en la institución y en los mandos políticos que han dañado a la institución.
Lo avergüenza vestir el uniforme de comisionado, porque la gente lo asocia con los corruptos y por eso urge actuar para deslindar quién es quién.
En su destino en Olancho redujo, según dice, a cero los aterrizajes de las narcoavionetas en fecha tan reciente como en el 2014; capturó a los gatilleros de los narcos y bajamos en un 50% el índice delictivo.
Está consciente del peligro de hablar, pero lo hace por amor a Honduras.
Nos toca ahora saber lo que dice entre líneas y sobre hechos que hablan por sí mismos, porque solo ha habido un caso del desempeño de las funciones por un viceministro de Seguridad desde San Pedro Sula y el del titular en la capital.
Que la corrupción policial es cierta y consecuencia de la corrupción de los políticos. No dice, sin embargo, que esos dos políticos, uno ministro y el otro su viceministro, solo llegaron a repartirse los dos corredores del narcotráfico, creados ya por la complicidad entre los carteles y los policías corruptos.
Es tan justo como necesario y urgente que rinda su testimonio ante la autoridad competente convirtiéndolo en testigo protegido por el Estado, para que diga el resto de lo que sabe y que posiblemente orientará hacia otros hechos concretos que interesan, como eso de los asesores que pueden serlo del gobierno, de los policías corruptos y de los narcotraficantes. ¿Son diferentes o son los mismos?
Su testimonio despeja cualquier duda que pudieran tener quienes los juzguen, en una impartición sana de la justicia a los implicados en delitos tan graves como las ejecuciones extrajudiciales propias de sicarios al servicio del narcotráfico, el enriquecimiento ilícito, el incumplimiento de sus funciones y cualquier abuso en contra de la ley, al servicio de los carteles de la droga.
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