¿PARA QUE LUZCAN COMO INEPTOS?

¿PARA QUE LUZCAN COMO INEPTOS?


Editorial La Tribuna

CUALQUIERA podría suponer que a la fuerza de seguridad y demás operadores de justicia le podría interesar ofrecer al público evidencia de los éxitos alcanzados. Enseñar, digamos, en lo que toca a la Policía –sobre todo ahora que se abre la caja de Pandora y la institución vuelve a ser arrastrada por un torbellino de dudas, de sospechas, de falta de confianza– que tanto la cúpula de jefes y oficiales, como los diligentes investigadores y agentes policiales, no pasan de brazos cruzados mientras la violencia azota a la ciudadanía sin piedad. Dar testimonio del trabajo cotidiano realizado y de los frutos de su ardua labor. De manera que el ciudadano sepa que hay servidores públicos ejecutando las delicadas misiones encomendadas. Dar evidencia que hay una Policía diligente que cumple con su responsabilidad de “conservación del orden publicó, la prevención, control y combate de los delitos, faltas e infracciones, protección de la seguridad de las personas, su vida, su integridad física, síquica y moral, sus libertades, bienes y derechos”.

¿Qué mejor forma de hacerlo que mostrar a la prensa, para que esta a su vez la traslade al amable auditorio, la información y las imágenes de los operativos realizados, las capturas de los malhechores que integran las bandas del crimen organizado, del narcotráfico, las pandillas? El decomiso de esos bienes obtenidos ilícitamente. O bien de los antisociales que comenten asesinatos despiadados; de los uñudos y ladrones –cualquiera que sea el color de cuello– que hurtan los bienes públicos o la propiedad privada; de los que andan extorsionando a gente inocente, violando mujeres o cometiendo cualquier otro ultraje u obscenidad. Para que la gente se entere que ahora las cosas no son como antes que todo delito quedaba en el olvido, ya que nada se investigaba y a nadie se detenía para ponerlo a la orden de la justicia a responder por los agravios a la sociedad. Publicar esa información es un disuasivo al crimen, ya que mostrar a los delincuentes que sus fechorías no van a quedar impunes es lo que mayormente desestimula esa torcida conducta. Pero vaya sorpresa. Un boletín de la Policía Nacional ordena a las autoridades “abstenerse de presentar oficialmente a ciudadanos detenidos por la supuesta comisión de hechos delictivos ante los diferentes medios de comunicación”. Lo anterior –explican– porque les dijeron que eso viola los derechos de los supuestos delincuentes, que es menester cuidar más de lo que importe lo sucedido a las víctimas.

¿En qué cabeza cabe que mantener en secreto quienes sean los perpetradores de un crimen le hace un bien al país? ¿Es que acaso se presentan como culpables? Se muestran como sospechosos. ¿No han visto que hasta los propios norteamericanos, con solo haber presentado la acusación de los supuestos ilícitos sacan la galería de fotos y las muestran en sus portales digitales para que adentro y afuera se enteren? La sociedad no puede ser privada de la información a que tiene derecho, sobre quiénes son los sospechosos de haber cometido un presunto delito. La misma Fiscalía del Crimen Organizado, la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico con apoyo de la Policía Militar acaban de emitir un boletín informando sobre la operación “CENTELLA”, y la desarticulación de una de las principales organizaciones dedicadas al tráfico de drogas. También presentan a los medios de comunicación a los individuos capturados, consignando que se trata de “sospechosos”, no de culpables, ya que eso solo lo puede determinar un juez después del debido proceso. Decíamos ayer, sobre ese absurdo boletín prohibiendo mostrar a los capturados en los medios de comunicación, que el propósito pareciera ser que el público no se entere de quiénes son los que cometen las atrocidades y, con el tiempo, los operadores de justicia y la misma Policía, luzcan ante el pueblo –además de todo lo otro que les achacan– como entes completamente ineptos.

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