Putrefacción en la Policía Nacional

Putrefacción en la Policía Nacional

Editorial El Heraldo

Hablar de corrupción en la Policía Nacional no es nuevo ni causa sorpresa, pero el trabajo de investigación de EL HERALDO, que revela cómo se planificó y ejecutó hace seis años el asesinato del zar antidrogas Arístides González, pone de manifiesto la magnitud y el grado de putrefacción que hay al interior de esa institución. La policía hondureña está infestada por una corrupción espantosa e insoportable y aunque el caso del titular de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico muestra cómo se mata y se sirve al crimen organizado desde el más alto nivel, tampoco es el único.

Lo peor, lo más preocupante y alarmante es la impunidad que prevalece de forma cómplice y que deja indefensa a la población y al país a expensas de verdaderos criminales que usan armas de reglamento. Y tanto o más inquietante es si a partir de estas publicaciones de EL HERALDO reflexionamos sobre cuántos hechos de criminalidad policial no han trascendido aún públicamente, pero que, por los vientos que soplan, podemos imaginar. Es por eso que la nueva ley orgánica policial debe asegurarse de estructurar una nueva entidad que garantice el servicio a la ciudadanía y que blinde a la institución de la influencia del crimen organizado y narcotráfico. Además, que disponga de los mecanismos de control, supervisión y evaluación seguros y expeditos para detectar a los elementos contaminados, ponerlos a la orden de la justicia y prevenir el ingreso de otros a las filas policiales.

Aunque claros estamos de que podemos tener la mejor ley, pero si no existe voluntad política de nada habrá servido y seguiremos viendo a compatriotas caer aniquilados por policías corruptos y criminales.

Los hondureños están hartos ya de estar sosteniendo con sus impuestos a instituciones que tienen la misión de protegerlo, pero que en realidad están al servicio de la delincuencia. La depuración de la policía es un asunto de Estado y de seguridad nacional. Y la reacción de los operadores de justicia ante la revelación de los autores materiales e intelectuales de la muerte de Arístides González nos mostrará si hay o no voluntad.