Ley del pobre
Ley del pobre
Por Roberto C. Ordóñez
“La ley del pobre. Reventar antes que sobre”, es un viejo aforismo español que significa ni más ni menos que los pobres de solemnidad, al tener comida a su alcance se la comen toda, aunque las tripas les queden tilintes y con peligro de reventar.
las oportunidades de llenar sus siempre hambrientos estómagos son pocas, cuando se presenta alguna de llenar el buche con cualquier cosa, no andan pensando en que les va a hacer daño, les producirá indigestión o los engordará. Se la comen toda y punto.
Esta ley, por llamarla de alguna manera porque no es una ley decretada por ningún congreso sino por el hambre y la necesidad, es valedera en todo el mundo, porque hay pobres en todas partes, aún en los países ricos.
Una modalidad de esta “ley” es usada entre nosotros cuando decimos: “Tiene cuerpo de pobre. Todo le queda”, aunque sea un pantalón, una camisa o unos pantalones demasiado grandes que les bailen de flojos o unos zapatos tan apretados que los chimen. De todos modos los usan para cubrir sus vergüenzas, para protegerse del frío o calzarse los pies para sortear las espinas y pedruscos del duro camino de la vida.
De ninguna manera me estoy burlando de los pobres. Al contrario, todos los que somos menos pobres tenemos parte de culpa por su pobre condición. Falta de educación y de oportunidades. El círculo vicioso de la pobreza.
A cada rato vemos y leemos de grandes convenciones donde se reúnen las altas poporoilas del mundo para hablar sobre la pobreza y de cómo combatirla. ¡Puras pamplinas! Entre el choque de copas de champagne y otros finos licores, brindan a la salud de los pobres. ¡Que vivan los pobres!
Entre nosotros funciona desde hace añales una tal ERP (Estrategia para la Erradicación de la Pobreza), que no ha funcionado a pesar de que por ella han pasado sin que pasara nada personajes de altos vuelos.
No obstante lo que digan las estadísticas oficiales, a simple vista se observa que la pobreza entre nosotros ha aumentado.
Ver a mujeres, hombres y niños peleándose por las pudriciones que bota la gente en los basureros es un espectáculo triste. No digo hombres y ancianos porque los ancianos también son hombres o mujeres.
Las fotos publicadas por los medios son elocuentes. Familias viviendo casi a la intemperie en estos tiempos de aire y frío, cobijadas bajo las estrellas o por unas cuantas tablas y cartones podridos; durmiendo hacinadas en el duro y frío suelo.
Al ir al crematorio municipal de Tegucigalpa el espectáculo es dantesco. Perros, zopilotes y gente disputándose un pedazo de comida podrida, y lo peor de todo es ver las casuchas construidas con los mismos desperdicios en medio de la inmundicia.
La ERP fue constituida para erradicar la pobreza con los fondos resultantes de la condonación de la deuda externa de Honduras lograda durante los gobiernos del ingeniero Flores; el licenciado Maduro y la oportuna intervención del cardenal Rodríguez.
El mismo cuento de siempre. Comitivas de viajeros volaron en primera clase, se hospedaron en hoteles cinco estrellas y comieron en restaurantes carísimos de los que aparecen en la Guía Michelin alrededor del mundo para hablar lata sobre la pobreza, pero esta sigue tan campante como siempre.
Los fondos de la condonación se hicieron humo o desaparecieron sin dejar huella. Algunos dicen que con los fondos de la erradicación de la pobreza aparecieron nuevos ricos.
En las ciudades grandes, como Tegucigalpa y San Pedro Sula, la pobreza se observa más, porque la población está más concentrada, pero en las zonas rurales el cuadro de miseria es el mismo.
He visto familias con una mano remojando pedazos de tortilla en un trasto con agua y en la otra mano sosteniendo un puñado de sal para no comerse la tortilla vacía, sin ningún conqué.
Sí, la vida de los que viven en extrema pobreza es triste siempre, más debe serlo en estos tiempos de Navidad, cuando ven las luces y oyen la propaganda de los comerciantes invitando a gastos inútiles.
Si los niños pobres escribieran cartas a San Nicolás no le pedirían juguetes.
¡Le pedirían comida, para cumplir la ley del pobre!
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