El lado oscuro de la oposición política en Honduras


El lado oscuro de la oposición política en Honduras
Por Armando Cerrato

En un pequeño país del Centro de América, llamado Honduras, el lado oscuro se ha apoderado de parte mínima pero decisiva de la fuerza de oposición política, y trabaja intensamente en un malvado plan que perpetúe en el poder al avanzado aprendiz de dictador, llamado Juan Orlando Hernández Alvarado, quien se afana por probarle al imperio que es digno de confianza y que vale la pena que intensifique el apoyo que hasta hoy le suelta a cuenta gotas.

De extracción campirana burguesa, recibió rigurosa formación militar en su adolescencia, pero no se acuarteló como otro de sus hermanos y un sobrino, sino que siguió estudios universitarios de Derecho, convirtiéndose en máster en Ciencias Políticas en una universidad del imperio que reconoció su potencial y logró reclutarle.

Se le ubicó cerca del Poder Legislativo, donde no le importó obedecer órdenes y hacerle los mandados al todopoderoso de turno, escalando así peldaños que le llevaron a ocupar una curul por el partido que dio origen al lado oscuro de la fuerza, el Nacional, luego ocupó la secretaría y posteriormente la presidencia del Congreso, logrando construir desde esos cargos todo un tinglado jurídico-político-militar que hoy le da el control absoluto del gobierno que cree poder retener por un mínimo de 50 años.

Decidido, audaz, osado y valiente, ataca a sus opositores de cualquier signo, incluidos de su propio partido, sin piedad, para demostrar a una ciudadanía machista quién es el papá de los pollitos, el mandamás, el jefe de jefes, el que siempre grita en sus discursos “quién dijo miedo” y ha jurado cumplir sus ambiciones políticas “caiga quien caiga”.

Conocedor de la complicada y compleja vorágine política hondureña su ofensiva por afianzarse en el poder cubre etapas donde sus enemigos van cayendo por su propio peso en las trampas que él pone con apoyo del imperio afanado por ahora en defender la poca integridad moral que aún conserva parte de su deteriorada sociedad abatida por la drogadicción, el crimen organizado, y su cada vez más falible papel de policía del mundo que le mantiene en guerra constante y en las garras del terrorismo internacional.

Enlazado por el cuello, el Presidente aprendiz de dictador, ve limitados sus movimientos, a la longitud de cuerda que de cuando en vez, le suelta el halcón que el imperio ha mandado a vigilarle y dictarle pautas desde la embajada de los Estados Unidos de América en Tegucigalpa, donde debido a los avances tecnológicos de hoy, no se hace necesaria la presencia del discípulo, basta con que de un “clic” en el “Twitter” del embajador para encontrar las instrucciones y alabanzas a su constante actuación servil.

Y cuando, por una de esas circunstancias de la vida coquetea con otros del lado oscuro que quieren derrocar al emperador, entonces, le neutralizan, enviándole en visita oficial al Jefe del Comando Sur o algunos de sus halcones del Senado o el Congreso, quienes sin mucha sutileza, hacen donaciones de dinero o equipo militar, al tiempo que colocan marines y hacen despliegue de fuerza en la base militar de Palmerola y otras partes del territorio nacional bajo el pretexto de ejercicios conjuntos de entrenamiento y acción cívica-militar, cuando en realidad es maniobra táctica con estrategia disuasiva.

Como se ve el contraataque del imperio es fulminante, efectivo y eficaz logrando todo aquello que favorece sus intereses que se ven muy éticos desde el punto de vista endógeno pero altamente destructivos en el exógeno.

Quizá por ello, nuestro aprendiz de dictador, que conoce a fondo y al dedillo esta situación política, no suelta toda la prenda de un solo y mantiene en capilla a varios de sus más cercanos colaboradores que más temprano que tarde irán a parar a las ergástulas penitenciarias, nacionales o de alguno de los estados del imperio, donde ya hay varios recluidos a la espera de ser sentenciados y otros en proceso jurídico esperando ser vencidos o no en juicio.

Mientras tanto, la oposición política hondureña en una alianza que se ve cada vez más débil y sin ningún objetivo, ha comenzado a reconocer que varios de sus miembros, especialmente los que lograron una curul en el Congreso Nacional, han sido atraídos y seducidos por el lado oscuro de la fuerza, que no ha tenido más que hacer un pequeño esfuerzo económico para adquirir control de su voluntad y su voto para seguir creando el ambiente propicio para una malvada, perversa y corrupta reelección presidencial.

Feliz Navidad y con el permiso de George Luckas y Disney Studies “que la fuerza nos acompañe”…

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