Fracaso y círculo vicioso
Fracaso y círculo vicioso
Editorial El Heraldo
La incapacidad de los campesinos aglutinados en el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) y el Movimiento Auténtico Renovador Campesino del Aguán (MARCA) para pagar las 4,067 hectáreas de tierras cultivadas de palma africana que, a bajo precio y con facilidades de pago, les fueron otorgadas tras una masiva invasión en 2009, no hacen más que recordarnos el fracaso de la reforma agraria y el círculo vicioso mediante el cual se le han extraído grandes cantidades de dinero al Estado sin que mejoren de verdad las condiciones de vida de los hombres del campo ni mucho menos se incremente la producción agrícola nacional y la seguridad alimentaria.
En realidad, parte de las tierras invadidas en 2009 habían sido compradas por los terratenientes a los mismos campesinos que en décadas anteriores les había sido otorgadas por el Instituto Nacional Agraria (INA) tras fracasar en sus “empresas asociativas”. El gobierno del también nacionalista Porfirio Lobo, que asumió el poder en 2010, con la presión del entonces director del INA, César Ham, optó por repetir la historia, con la diferencia que las tierras no se les otorgaron de forma totalmente gratuita, sino que se les asignó un “justiprecio” de 650 millones de lempiras; pero como los campesinos no tenían ni el dinero ni las garantías requeridas, entonces se puso al Estado como aval solidario para que, todavía más, una institución también estatal, el Banco Hondureño de Producción y Vivienda (Banhprovi), les concediera el respectivo préstamo.
Las facilidades del acuerdo, firmado en 2012, incluían una tasa de solo el 6% anual y tres años de gracia en los que solo iban a pagar los intereses.
Pero resulta que solo el primer año, hicieron el pago respectivo. Por lo tanto el Estado, por medio de la Secretaría de Finanzas, ha pagado ya más de 50 millones de lempiras del dinero de todos para compensar la morosidad de los campesinos.
Ahora MUCA y MARCA, al vencerse los 3 años de gracia, en este mismo mes, quieren “renegociar” para que les amplíe el mismo por otros tres años.
Ante este obvio fracaso, lo sano sería romper con tan nocivo círculo vicioso
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