Buenas noticias en seguridad

Buenas noticias en seguridad

REDACCIÓN

La disminución en la tasa de homicidios que proyecta el gobierno para el cierre de este año es un clamor de todos los hondureños hartos de la violencia que nos tiñe de sangre y nos ubica entre los países más violentos del mundo.

Según cifras oficiales, en 2014 murieron de forma violenta 5,891 personas y para este año se proyecta cerrar con 5,039. Números que siguen siendo altos, pero que reflejan una reducción que no hay que demeritar. De una tasa de 68 homicidios por cada cien mil habitantes el año pasado, este 2015 cerraría en 61, alejándonos cada vez más de los escalofriantes 103.9 homicidios que alcanzamos en 2012, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

La disminución en siete puntos es una proyección que hace el Observatorio de la Violencia de la UNAH, mientras que el gobierno es más optimista al augurar que la reducción podría ser de 56 y hasta 54 homicidios por cada cien mil habitantes. Sea cual fuere la cifra definitiva, todavía hay una deuda pendiente porque seguimos con una tasa elevada de muertes violentas frente al promedio mundial que es de 6.2 por cada cien mil habitantes, según el Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013 de la ONU.

La percepción de inseguridad ciudadana sigue siendo muy alta, alentada también por la impunidad y la sensación de vulnerabilidad ante la reiterativa vinculación de elementos del orden en hechos delictivos.

Recordemos que la seguridad es una condición sine qua non para atraer el turismo, la inversión extranjera y la generación de empleo. Reconocemos el esfuerzo que la actual administración ha hecho en la lucha contra la criminalidad, pero hace falta más, como bien lo ha dicho el presidente Juan Orlando Hernández.

La estrategia del gobierno para cerrar la brecha de seguridad no debe limitarse a la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia común, sino que debe incluir una depuración policial, la gran deuda pendiente y para la que pareciera que no hay voluntad política.