La ley que alcanzó a un expresidente
La ley que alcanzó a un expresidente
Editorial El Heraldo
El lunes 14 de diciembre pasado se escribió un inédito capítulo en la historia de Honduras, con la entrega voluntaria del expresidente Rafael Leonardo Callejas a las autoridades de Estados Unidos, que lo acusan de cinco delitos de corrupción.
La decisión del exgobernante, que dirigió los destinos del país entre 1990 y 1994, y de la Fenafuth entre 2002 y 2015, fue por mucho la más atinada.
Y es que en Honduras ya estaba en marcha el proceso legal para que la Corte Suprema de Justicia, que recibió la semana anterior de manos de la Cancillería la petición del gobierno estadounidense, decidiera la extradición de Callejas.
Aunque el exmandatario, a través de sus abogados, había informado a la opinión pública que agotaría ante las instancias nacionales el proceso de extradición en su contra, a primera hora del lunes salió en un vuelo privado con destino a Miami y de ahí a Nueva York.
Al mal paso darle prisa, dice un dicho popular, pero lo cierto es que Callejas tomó una decisión que, según los conocedores, podría significarle un juicio en libertad y una reducción de hasta un 50 por ciento en la pena de prisión, es decir hasta 10 años menos de los 20 máximos que establece el código estadounidense en el caso de lavado de activos. Sin lugar a muchas dudas, la decisión de la justicia hondureña hubiera sido la de conceder la extradición de Callejas, en medio de agrios debates y un morbo exacerbado sobre la figura del exgobernante, quien salió bien librado en los juicios por corrupción en su contra en los tribunales nacionales, que le otorgaron un sobreseimiento definitivo y 16 cartas de libertad.
El caso de Callejas y su supuesta implicación en el denominado “FIFAgate” es también un claro y contundente mensaje del gobierno de Estados Unidos, decidido a perseguir con el largo brazo de la justicia a funcionarios vinculados a actos de corrupción, aún en países donde ha reinado la impunidad.
En ese contexto, faltan aún por escribir muchas historias inéditas en Honduras, donde por fin se sienten vientos de cambio
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