Corruptos e incorruptos

Corruptos e incorruptos




GASPAR VALLECILLO MOLINA









"Lo más peligroso de Honduras es su justicia”, New York Times, 23 agosto 2015. Lo sabemos aquí, allá y en todo el mundo. La corrupción tiene poder económico y político. Honduras es país corrupto reconocido y no hacemos nada para honrarnos. Nuestra justicia es lerda, acomodada, politizada y corrupta. Y callamos.

La corrupción es el pan nuestro de cada día, se escribe y comenta en tertulias, foros radiales y televisivos. Nos hicimos duchos en ese delito que practicamos como deporte nacional, en el que perdemos los honestos y ganan los delincuentes protegidos por la impunidad institucionalizada por Lobo corrupto confeso, caso del IHSS, que disfruta esa ilegalidad tolerada por las autoridades del los tres poderes del Estado. La sociedad, élite corrompida, los acepta y defiende, por carecer de principios morales y éticos. Suciedad.

El honor, lealtad y amor se demuestran una sola vez, se es siempre desde siempre o nunca se fue ni se ha sido. La verdadera vergüenza es perder los valores y carecer de autoridades con dignidad, honorabilidad y credibilidad. Que grite indignado quien no es, se oye un silencio cómplice. Ante la indolencia de la justicia hondureña, los gringos intervinieron a los Rosenthal que están pasando a segundo plano, ahora señalan a Rafael Leonardo Callejas y a Alfredo Hawit en menor importancia, por los antecedentes políticos y judiciales del primero. No lo defiendo, si es culpable tendrá su merecido, pero como está más caído que nunca, los que no hablaban para no quedar mal con el “líder” por aquello que “nunca se sabe” han soltado su rabia contenida llamándolo de todo y alabando a la justicia norteamericana. No hay recato, del árbol caído todos hacen leña y más aquellos que tienen techo de vidrio que están “tranquilos y serenos” porque nuestra justicia nunca jamás los importunará. Esperen su turno.

Los corruptos se aplauden por su viveza y los honestos bajan la cabeza. Sin código de nada creen que corrupto que acusa a corrupto tiene cien años de perdón. Ayer agazapados hoy sobresaltados dando cátedra jurídica y lecciones de honestidad, sin poder esconder el genotipo y fenotipo de corruptos que los delata. Cuando la política ignora el dolor del mundo para dar paso al cinismo, se están abriendo las puertas a la barbarie que no vamos a poder contener y ellos tomarán las riendas de ese potro salvaje que ayer montaron sin bridas ni estribo.

Ojalá cuando la justicia gringa que ahora ensalzan los toque a ellos o a sus “líderes” “libres” tengan el coraje de enfrentar y defender su reconocido cartel delictivo que nuestra justicia contempla coludida.

Por eso se asegura que “Lo más peligroso de Honduras es su justicia”. Sin discusión. Nadie dijo nada de esa crónica ni de otras que señalan a nuestra patria como paraíso de la impunidad. Estemos claros, corrupto es el individuo corrompido, sobornador y sobornable, enviciado y pervertido. En cambio y para bien, incorrupto es ser honesto, íntegro, insobornable, recto y digno. La diferencia es abismal y se nos nota de lejos.

Jamás se puede esconder la mentira y la maldad. Nunca será señalado el que dice la verdad y luce la bondad. En nuestro medio repleto de taimados, tiene más atención el corrupto que todo colude que el incorrupto que solo, calla para protegerse. Nuestro futuro está en los aciertos y decisiones de hombres capaces e incorruptos y no en los desaciertos e improvisaciones de políticos corruptos. Atendamos el llamado gringo.
Sin impunidad urgimos transparencia y justiciaorruptos

GASPAR VALLECILLO MOLINA

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