Crítica cínica



Crítica cínica




GASPAR VALLECILLO MOLINA

Peter Sloterdijk afirma en su “Crítica de la razón cínica” que los “cínicos” actuales son personas que ya no se preocupan por una verdad, pues la han encontrado en un camino que no llega a nada. No tienen obras útiles y comprensibles para defender su postura. Mucho hay escrito sobre la crítica cínica. No pretendo transpolar conceptos, pero impresiona cómo la humanidad no ha respetado su verdad para trasladarla tal cual es y modifica a su antojo razones y hechos.

El amor a la sabiduría se perdió. La frase “saber es poder” quedó degradada en el siglo XIX por lo que el acto de “decir la verdad” se presenta como un cinismo, por tanto, el pensamiento se ha convertido en una estrategia para el estado espiritual. Interesante.

Criticar no significa ser crítico, serlo es el resultado del estudio, conocimiento y práctica de vida. Padecemos de irresponsabilidad colectiva contagiosa; repetimos todo y opinamos aparentando estar al tanto de los sucesos aunque no nos atañen ni sean de nuestro entender y tenemos la osadía de hacerlo sin propuestas que ayuden a resolver tantas necesidades ingentes no satisfechas.

Siempre tenemos un crítica cínica no cívica porque hay interlocutores de oficio y sin oficio, inteligentes y negligentes y es fácil en un medio saturado de politiqueros que engañan a un pueblo ignorante y empobrecido de todo, hasta en su capacidad de pensar, discernir y disentir.

En 1990 escribí mi primer artículo, siempre en EL HERALDO, con conocimiento absoluto critique la carestía del Hospital Escuela. Sin mejoría 25 años después. Juré nunca mentir, pero jamás callar la verdad, procurando ser imparcial convencido que el bipartidismo es la causa y efecto de nuestro atraso socioeconómico. Al no estar matriculado con nada ni nadie mi compromiso es con mi conciencia que es “testigo, juez y fiscal”. Nada debo nada temo. Tengo solvencia ciudadana de no acomodar mis principios a intereses que no sean los de mi patria. La crítica contra el gobierno la hace como encargo sectario la oposición incapaz de aceptar su culpa en lo que acusan por su memoria distorsionada de tanto mentirse y de hábil acomodo al orden de cosas para estar vigentes.

El exfiscal que cuartro años persiguió a un expresidente y fracasó, exrepresentante en la ONU con un sindicado corrupto y que en el gobierno liberal, de Zelaya, fue diputado, ministro de Seguridad, Gobernación y canciller, además de profesor universitario y escribidor de artículos, recién publicó “Estamos cambiando”, donde hace una crítica cínica al gobierno de JOH. Nada es bueno, todo está peor y sin solución. Al escribir “hemos aceptado la mediocridad y las limitaciones de quienes nos han gobernado y nos gobiernan”, se confiesa mediocre y limitado por ser corresponsable de nuestro desastre como país, cuando fue multiusos para nada. Sin excusas.

Es fanático de ser entrevistado para rumbarle maceta al gobierno sin reconocerle lo bueno que en verdad ha hecho, que nadie hizo ni él por su intrascendencia. Otros opositores critican con igual cinismo sin reconocer que es imposible superar de un plumazo el desastre dejado por los incapaces que nos han gobernado.

No queremos a Honduras, cachos y colorados la postraron y seguimos maltratándola. Lo que no hicimos es malo si otro lo hace. Todos somos responsables de estar como estamos y más quienes ayer tuvieron la oportunidad única de ser la diferencia y hoy practican la crítica cínica

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