Agua: Escasez y desperdicio

Agua: Escasez y desperdicio

Editorial El Heraldo

La falta de acceso al agua potable es una de las peores formas de desigualdad, ya que la carencia de este elemento esencial pone en riesgo la vida misma.

En nuestro país, aproximadamente un millón de personas viven sin acceso a servicios dignos de agua potable, según un informe de 2013 de Monitoreo del Sector Agua y Saneamiento (Mapas) del gobierno de Honduras y el Banco Mundial.

La situación es más grave en la zona rural, donde en el 28% de los sistemas de agua potable el líquido escasea al menos una vez al año y solo el 62% de las escuelas dispone de sistemas de saneamiento digno.

La ausencia del agua impacta en las actividades diarias, en la economía y la salud; de hecho, a nivel mundial el 88% de las enfermedades son atribuidas a la dudosa calidad del agua, lo que incide sobre todo en los niños.

Hoy que se celebra el Día Mundial del Agua queremos insistir en un problema casi tan grave como su escasez: el desperdicio.

El derroche del vital líquido tiene que ver con la ausencia de una cultura de buen uso, pero también con un deficiente servicio público. Quienes derrochan el agua deberían pagar más, pero para ello es preciso que existan mecanismos para detectar el alto consumo y aplicar las sanciones correspondientes.

Dicen que duele más el bolsillo que el corazón y de allí debería el SANAA tomar partido para obligar, más que rogar, por un uso racional del agua. Sin olvidar a los grandes consumidores de este recurso, quienes también deben pagar un precio justo y real.

El severo fenómeno El Niño, la deforestación y el aumento de la demanda debido al crecimiento poblacional inciden en la carestía de ese recurso. Pero también hay que mencionar la falta de un plan integral del gobierno para el manejo apropiado del agua.

En opinión de los expertos, Honduras tiene el potencial hídrico más grande de Centroamérica, pero no cuenta con una política definida para garantizar su aprovechamiento.

El gobierno debe establecer y aplicar políticas claras para controlar, proteger y suplir el vital líquido, indispensable para el desarrollo social y económico del país.