Bravuconadas

Bravuconadas

Por Boris Zelaya Rubí

“La política es el arte de obtener dinero de los ricos y el voto de
los pobres con el pretexto de proteger los unos de los otros”.

El expresidente liberal Manuel Zelaya Rosales, en declaraciones recientes (refiriéndose a la reelección), aseveró que perfectamente podía derrotar al nacionalista Juan Orlando Hernández, en cualquiera de los campos, agregando que no dejaría el camino libre para los nacionalistas, por lo que se deduce su lanzamiento para buscar la Presidencia, apoyado por el nuevo partido político que fundó. Las verdaderas intenciones de los que adversan los deseos de los azules de continuar en el poder, han generado infinidad de especulaciones, con la intención de frenar los propósitos, hasta la fecha sin confirmar sobre la reelección del actual mandatario.

La ideología del partido Libre, difiere completamente con la del partido que le dio el apoyo al señor Zelaya Rosales, para obtener el máximo honor que puede lograr un ciudadano, traicionando a sus correligionarios por su afán de mantenerse en el poder, a tal grado que permitió que nos insultaran y se mancillara nuestro territorio con la presencia de dictadorzuelos (fracasados) enemigos de la democracia, encabezados por el más fanatizado de aquellos tiempos y financiador de sus émulos, señor Hugo Chávez Frías, quien impulsaba el modelo del Socialismo del Siglo XXI, tendencia que no tenía nada de novedoso, excepto una justificación para el establecimiento de sistemas comunistas totalitarios y una posibilidad de perpetuarse en el poder para que una exigua minoría pudiera ejercer su prepotencia y enriquecerse.

El Partido Liberal en sus principios ideológicos, en el párrafo nueve, dice: “El sistema político hondureño debe evolucionar hacia una democracia integral, real, deliberativa y participativa…” Imaginar una alianza de Libre con el Partido Liberal es como creer que se puede mezclar el agua con el aceite. Los liberales no lo permitirán, lo mejor y más sano es que el futuro candidato de los liberales, haga un llamado a los que se fueron del lado del desertor, para que regresen a su partido del cual nunca debieron salir.

Aún con sus bufonadas, Manuel Zelaya Rosales no volverá a la Presidencia y no le quedará más que seguir jugando a cuotas de poder con algún grupito de diputados que pueda alcanzar y que estén dispuestos a obedecerle ciegamente y sin chistar.

Queremos un Partido Liberal fuerte para que le dé batalla a nuestro Partido Nacional, y así tal vez sus mejores hombres sean tomados en cuenta para continuar con el desarrollo que ha ido alcanzando con las acciones del Partido Nacional hecho gobierno. Los hondureños hemos visto los esfuerzos realizados, es cuestión de tiempo para disfrutar de paz y tranquilidad mediante la educación, salud y trabajo en un ambiente de seguridad. Las críticas para confundir al pueblo, sencillamente ya no son posibles, porque los hondureños con el tiempo se dieron cuenta de la personalidad oculta del que fue liberal, solo trajo violencia por sus deseos de perpetuarse en el poder sin la voluntad popular, pretendiendo hacerlo con urnas (cajas de cartón) llenas de papeletas de “consulta” marcadas de antemano, utilizando algún censo posiblemente sustraído de alguna institución pública.

Sus sueños no pasarán de ser puras bravuconadas, y las alianzas que pretende son solo manotadas de ahogado. Refiriéndonos a fósiles políticos, que siempre pretenden vivir del Estado, no podemos evitar dejar de pensar en el artículo de Carolina Fuentes, para recomendarles lo que hacen los zopilotes, cuando están “viejitos” y presienten sus últimos días, no esperan a que llegue la muerte, sino que buscan el punto más alto y desde ahí se lanzan, sin volar, hasta estrellarse en el suelo.

De rodillas solo para orar a Dios.

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