Los precios de los combustibles y la “gasolina de verano”
Los precios de los combustibles y la “gasolina de verano”
Por Sigfrido A. Sandoval
Miembro del CIMEQH
El pasado 12 de marzo, en algunos medios escritos, salió la inesperada noticia de que en nuestro mercado interno se incrementarían los precios de todos los combustibles debido a que “las refinerías de la Costa del Golfo de Estados Unidos han empezado a producir gasolinas de verano de menor volatilidad y de mayor costo”.
En efecto, el día lunes 14 de marzo, la Comisión Administradora del Petróleo (CAP), aplicó un aumento generalizado a todos los combustibles que se consumen en el país.
Mediante la presente nota, tenemos el propósito de explicar, al permanentemente esquilmado ciudadano consumidor de combustibles, lo que significa la llamada “gasolina de verano” y si ella, en efecto, es la culpable, como nos hace ver la CAP, del nuevo incremento de los precios de los combustibles en nuestro mercado interno.
Sí, en efecto, reconocemos el hecho de que en el mercado estadounidense, como resultado de la existencia de cuatro estaciones climáticas bien definidas, existen y se producen dos tipos generales de gasolinas: la gasolina de “verano” y la gasolina de “invierno”, que responden a esos cambios en las condiciones y variaciones climáticas características de ese enorme país.
Esas variaciones estacionales, que en la práctica se reducen a cambios en la temperatura ambiente, tienen un impacto directo sobre la “volatilidad” de las gasolinas que tiene que aumentarse o disminuirse de acuerdo con la temperatura dominante, tanto en el invierno como en el verano.
Siendo más explícitos, diremos que las gasolinas poseen una especificación, entre otras, llamada “Presión de Vapor Reid a 37.8 oC” (RVP), que viene siendo una medida de la volatilidad o capacidad de evaporación de ese combustible y que es una característica que varía durante el año provocando la fluctuación anual de sus precios.
Dicho de otra manera, las gasolinas tienen que ser capaces de evaporarse fácilmente para lograr la debida mezcla de aire/combustible, aún cuando se arranque el motor en frío. O sea que se requiere alta volatilidad para un buen arranque pero, al mismo tiempo, se necesita baja volatilidad para evitar otros problemas. Si por ejemplo se está en verano, y no se modifica la volatilidad de las gasolinas, bajando la Presión de Vapor Reid mediante la reducción de la concentración del gas butano, que se evapora muy fácilmente, pueden tener lugar obstrucciones, bolsillos o tapones de vapor en el sistema de combustible a altas temperaturas. Al reducir la presencia del butano, que es un producto barato, mediante procesos de producción costosos, quedan en las gasolinas hidrocarburos más caros por lo que la gasolina en verano sube de precio.
Sabemos que en los EE UU en otoño, alrededor del 15 de septiembre de cada año, y entrada al invierno ocurre el proceso inverso: la demanda de las gasolinas se reduce, el precio cae y se inicia la producción de la llamada gasolina de “invierno” aumentando la Presión de Vapor Reid mediante la reincorporación del butano, en mayores proporciones, con el propósito de elevar su volatilidad evitando así que tengan lugar problemas en el arranque del motor en frío.
En conclusión, en EE UU el RVP es diferente para cada región y es cambiado tanto en invierno como en verano. La realidad es que en verano en EE UU, se comercializan hasta 20 tipos diferentes de gasolinas. En la región centroamericana, y particularmente en nuestro país, usamos durante todo el año gasolinas con una presión de vapor de 10 libras/pulgadas cuadradas (psi).
Por último, con respecto a la vinculación que hace la CAP de los precios de todos los combustibles en nuestro mercado, aumentándolos, con la producción de la gasolina de “verano” en la Costa del Golfo la consideramos como un abuso ya que la especificación “Presión de Vapor Reid” es exclusiva de las gasolinas y no de los otros derivados del crudo. Además tal aumento desconsiderado, por otro lado, violenta los contenidos del Decreto Ejecutivo PCM-02-2007 y del reciente Acuerdo 256-2014, que señalan que el precio de las gasolinas en bomba es el promedio de “veintidós (22) días de precios medios entre valores “high” y “low” publicados diariamente por Platts para los mercados de la Costa del Golfo”. En el caso que examinamos, sorprendentemente vemos una reacción inmediata de la CAP, elevando los precios de todos los derivados del crudo, ante una noticia puntual que, como es habitual por parte de la CAP, no se ofrece ninguna explicación clara y transparente al consumidor hondureño.
En fin, solo podemos lamentarnos pronunciando una conocida y célebre frase ¿quién podrá defendernos?
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