Urge establecer una alianza real contra el delito Estado, sociedad organizada y empresa privada


Urge establecer una alianza real contra el delito Estado, sociedad organizada y empresa privada
Por: José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® japo916@yahoo.es


Tal y como lo hemos venido planteando, la lucha contra la criminalidad debe ser de todos, no necesitamos esforzarnos para convencernos de ello, basta tomar en cuenta que ninguna persona o sector está exento de sufrir o de haber sufrido un hecho delictivo en nuestro país, ponderando que en cuanto a exposición es el sector privado el más amenazado y como tal, con los mayores efectos y con daños colaterales en la masa laboral.

Está sobrentendido el problema y la necesidad de enfrentar la violencia y la criminalidad, de manera tal que si este problema de la inseguridad es un inconveniente que nos afecta a todos, justo es que de manera individual o en grupo, participemos en la búsqueda de soluciones, dado que unidos y en esfuerzo conjunto combinado estableceremos un frente común entre gobierno, sociedad organizada y empresa privada, permitiéndonos así diseñar estrategias conjuntas y con ello mejores perspectivas para reducir la violencia y la criminalidad.


Por supuesto, no podemos desestimar la actual participación del sector privado, en especial en sus empresas en la parte laboral con los programas y certificaciones de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y los apoyos sustanciales que hacen con los tributos directos e indirectos y en los últimos años se ha contribuido sustancialmente con los fondos obtenidos de la Ley de Seguridad Poblacional que entre otras cosas estableció el pago de una tasa de seguridad, la cual ha sido fundamental para los programas de seguridad del gobierno en la conducción de las operaciones militares y policiales, así como del equipamiento tanto de las Fuerzas Armadas como de la Policía Nacional, teniendo como resultado golpes emblemáticos al sector criminal en especial al narcotráfico, y que aunque han sido bastantes, aún falta mucho por emprender y poner en práctica mejores estrategias conjuntas de prevención y contención.

En consecuencia, es lógico y oportuno explicar también que no es para promover arrebato en la participación conjunta de los sectores aludidos, ya existen a nivel nacional e internacional sendos diagnósticos respecto a las razones y orígenes del fenómeno de la ola criminal y que no es propia de Honduras y en ellos se plantean medidas y mecanismos para hacerlo y enfrentar los retos con éxito creando coaliciones público-privadas que propongan un nuevo frente de prevención y contención contra la inseguridad.

En cualquier caso, existen también estudios y recomendaciones abundantes producto de paneles, simposios, conferencias e investigaciones respecto al papel del sector privado en estos menesteres y ha cobrado mayor atención en los últimos años enfocándose en temas como tecnologías aplicadas a la seguridad privada, el papel e importancia de la seguridad privada, incluida la seguridad corporativa, y en el compromiso de las empresas en el área más amplia de la responsabilidad social empresarial con sus empleados en el lugar de trabajo pero sobre todo con énfasis en la reducción del delito en toda su esfera.

Por consiguiente y para potenciar esa participación del sector privado puede y debe afianzar acciones entre las que se incluye:

* La prevención social del delito desde sus empresas.

* La prevención situacional del delito y el diseño medio ambiental.

* El fortalecimiento de las capacidades de la comunidad. En especial las empresas agroindustriales en sus lugares de producción.

* Prevenir la reincidencia y colaborar en la rehabilitación y reinserción social de los delincuentes.

* El desarrollo de mecanismos específicos en los ámbitos nacional, regional, local e internacional para alentar la participación del sector privado en la prevención y la reducción del delito.

* Esfuerzos denodados para demandar convertir a los delitos contra las empresas en una prioridad del Estado.

* Incentivar expansión controlada de la seguridad privada, convertida en una necesidad inobjetable cuando un 37% de la seguridad pública de personas, comercios y residencial, está en manos de empresas de seguridad, muchas con rendimientos dudosos en especial por el personal que contratan de manera indiscriminada y sin cumplir con los términos laborales correctos.

* Propagación de las tecnologías en aplicaciones de la seguridad privada a los espacios públicos.

* La promoción de la responsabilidad social laboral de las empresas.

En conclusión, estimo que es tiempo que nos asociemos y conjuntemos todos los sectores sociales, el Estado con sus tres poderes y la empresa privada para hacer una campaña conjunta combinada y en colaboración mutua contra la violencia y la criminalidad, ante lo cual todos los hondureños debemos actuar con responsabilidad y contribuir a mejorar nuestro actual ambiente y preservar la paz y tranquilidad que nos ha arrebatado una minoría de antisociales en el hoy, y amenaza continuar en el tiempo futuro. Estamos a tiempo, no actuar debidamente nos llevará a una seguridad procrastinada y para luego será demasiado tarde.

Comentarios

Entradas populares