De vuelta a la realidad

De vuelta a la realidad

Editorial El Heraldo

Con un grosero aumento a los precios de los combustibles, que dejan jugosos ingresos al Estado y menos recursos a los consumidores, volvemos este lunes a la realidad tras el largo asueto de la Semana Santa.

El peso de esa realidad, que como una burbuja pareció esfumarse durante las pasadas vacaciones, se hace sentir de nuevo. Algunos tendrán que sacudirse el sopor de los excesos y pensar desde ya en cómo salir de las deudas contraídas sin dejar de suplir las necesidades básicas familiares. Otros, estarán listos para reanudar sus actividades con la tranquilidad y el regocijo de una semana llena de mesura y recogimiento espiritual.

Pero todos, sea cual sea la situación que le dejaron las buenas o malas decisiones, deberán volver a sus quehaceres diarios, ya sea de trabajo, familia o estudios.

Desde el Presidente hasta el último de los burócratas en la escala jerárquica deben retomar con energía, buena disposición y compromiso su trabajo para sacar adelante a nuestro país.

La corrupción, inseguridad, mora judicial, alto costo de la vida, mal estado de las carreteras, falta de medicinas en los hospitales, desempleo, injusticia tributaria y el zika siguen estando allí y la población demanda acciones de los tomadores de decisiones.

La Semana Mayor dejó luto, alrededor de 30 personas muertas sólo por ahogamiento por sumersión, en 2015 fueron 25, pese a todas las medidas anunciadas desde el gobierno para prevenir fatalidades, y es desde allí que debe hacerse una revisión y reflexión sobre las fallas cometidas para que no se repitan estos hechos, porque ninguna derrama económica se puede celebrar cuando hay tantas vidas perdidas.

Aprendamos entonces de las lecciones recibidas y que el merecido asueto que gozaron burócratas, estudiantes y empleados del sector privado sirva para retomar con más ahínco las labores diarias, con el convencimiento de que con nuestro esfuerzo no solo estaremos contribuyendo al desarrollo personal, institucional o familiar, sino al de nuestro país que tanto precisa de sus buenos hijos para salir adelante.