Familias amenazadas por mareros
Familias amenazadas por mareros
Por: Miguel Osmundo Mejía Erazo*
Miles de televidentes que nos quedamos en casa durante la Semana Santa, fuimos testigos de la situación que están viviendo varias familias que habitan en un sector de la colonia Las Torres de la ciudad capital quienes manifestaron que el Miércoles Santo fueron amenazados por grupos de mareros para que en el término de 48 horas abandonaran sus viviendas caso contrario serían masacrados. Al conocerse esta amenaza los atemorizados habitantes comenzaron a sacar sus familias y todas sus pertenencias para dejar las viviendas al servicio de las maras, no obstante que a raíz del apoyo de parte de un medio de comunicación televisivo, se presentaron elementos de la Policía Nacional Preventiva y la Policía Militar del Orden Público que observaron el éxodo de humildes personas a raíz del pánico generado por los resentidos sociales que han causado la emigración de muchas familias en las principales ciudades del país.
Los televidentes observamos escenas desgarradoras de gente humilde que después de 25 años de vivir en su sencilla vivienda, ahora se veían obligados a buscar dónde vivir, muchas de las personas sin saber dónde ir como el caso de una entrevistada que manifestó entre sollozos vivir de la venta de tortillas y no saber qué hacer ni dónde ir con sus pequeños frente a esta inesperada situación. Esta misma semana aconteció lo mismo en una colonia de San Pedro Sula donde según la Policía Nacional ya fueron capturados los presuntos delincuentes y han llamado a los desplazados para que regresen a sus viviendas, no sin antes anunciar que garantizarán la seguridad de sus vidas con la presencia permanente de elementos del orden público en las zonas conflictivas.
Con mucha atención escuchamos la reacción de los afectados de la colonia Las Torres quienes se quejaron de la falta de efectividad y ausencia de los elementos de la Policía, incluso muchos de los habitantes se atrevieron a decir que algunos elementos policiales están en contubernio con las maras o pandillas de la zona o tenían miedo a enfrentarse a ellos. Nos llamó la atención la participación de un ciudadano de origen nicaragüense que llamó a los vecinos y habitantes de las zonas marginales a organizarse y armarse para que unidos puedan enfrentar a los pandilleros porque a su juicio la Policía es incapaz y allí está el ejemplo de Nicaragua, uno de los países más seguros de Centro América que avalan las palabras de este parroquiano. Hay que tener mucho cuidado porque en Honduras se puede llegar al extremo, que la población tome la justicia por sus propias manos como está sucediendo en nuestros países vecinos.
Debemos reconocer los esfuerzos que el gobierno está haciendo para combatir la delincuencia común, el narcotráfico y el combate a la extorsión proveniente de grupos organizados en forma ilícita, todos los días aparecen supuestos delincuentes capturados, grupos desarticulados pero de igual manera las muertes violentas y la extorsión están a la orden del día. Sabemos que se están invirtiendo muchos millones de los ingresos por la tasa de seguridad que de una u otra manera pagamos todos los hondureños, se ha pedido colaboración a países amigos que han venido a entrenar a nuestros soldados, el Presidente de la República ha prometido a los hondureños trabajo y seguridad pero no es tarea tan fácil y al final son siempre las grandes mayorías, los pobres de este país, los que siempre salen más afectados.
Si los miembros de estas agrupaciones ilícitas ya comenzaron a desplazar a los habitantes de las zonas marginales, no es remoto que después sigan las colonias de clase media y residencial donde ya se han recibido llamadas de extorsionadores. No creemos que tomando las armas la población se resuelva este problema, para eso están las autoridades encargadas del orden público, colaboremos con ellos y que se continúe con la depuración policial. Fundamentalmente debemos doblar rodillas orando por nuestra nación y por los que la dirigen para que Dios haga posible tener una Honduras en paz, armonía y prosperidad.
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