Combate a la pobreza crea pobres

Combate a la pobreza crea pobres


 

Según datos de las Cuentas Públicas de la SHCP, en los dos primeros años de la actual administración el gasto público para combatir la pobreza aumentó de 310 mil millones en 2012 a 379 mil millones en 2014, un 22%. El número de pobres, en lugar de disminuir con esos programas, se incrementó de 53.3 millones de diciembre 2012 a 55.3 en diciembre de 2014, dos millones más, millón por año (Coneval).

Con esos programas, los Gobiernos buscan votos, clientes, no el combatir la pobreza. Lo mismo sucede con los seguros de desempleo gubernamentales, incentivos para no buscar trabajo o tener uno informal que permita ser oficialmente desempleado, como lo comprueban los resultados de esos programas en Francia, España y Estados Unidos.

La pregunta es ¿por qué los gobernantes a pesar de que hay evidencias aritméticas de que sus programas de combate a la pobreza no reducen el número de pobres, sino los aumenta, cada año gastan más en ellos? Una de las causas, que ya dijimos, es que dan votos al partido que los controla. Otra es el mito de que confiscándoles recursos a los empresarios ricos mediante más impuestos y transmitiéndoselos a los pobres a través de programas que combaten la pobreza reducirán desigualdades y el número de pobres.

En el libro Desigualdad y distribución de la riqueza compruebo que es un mito que una mayor desigualdad económica incremente la pobreza y una menor la disminuya.

Ese mito lo adoptan los Gobiernos para justificar el aumento de impuestos a empresas productivas para que una burocracia improductiva los reparta teóricamente entre los pobres.

En países en los que un mayor número de pobres se integraron a la clase media y dejaron de ser pobres en las últimas décadas, las grandes empresas pagaron impuestos bajos. No hay respaldo en la experiencia de la mayoría de los países de que un mayor gasto gubernamental disminuya la pobreza.

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