¡¡Monumento a la corrupción!!

¡¡Monumento a la corrupción!!



Por: Oscar Antonio Oyuela Castellón.
Los informes elaborados por organismos financieros internacionales y los mamotretos que resultan de supuestos trabajos “técnico-científico” de cuestionadas comisiones organizadas desde el poder, cuando así lo exigen las circunstancias, para tranquilizar reclamos sociales y calmar ánimos que diplomáticamente formula la comunidad internacional, siempre recomiendan lo mismo: “Transparentar ejercicios de las funciones públicas y en las relaciones del Estado con los particulares, combatir la corrupción y la ilegalidad de los actos del Estado, que periódicamente haya rendición de cuentas”, etc. etc., al final los corruptos y corruptores salen bien librados para disfrutar a plenitud el producto de sus fechorías, parte del botín invierten en bienes y raíces y el resto en calidad de “ahorros” depositados en paraísos fiscales del Caribe, Centroamérica, Europa y los Estados Unidos. Las raíces de la corrupción en la América india, según el historiador peruano fundador del Partido Socialista del Perú, José Carlos Mariátegui, comenzó con la conquista española, reafirmado por el exfuncionario de la USAID, Lawrence Harrison en su libro “El Subdesarrollo está en la Mente” y que en charla realizada en Tegucigalpa bajo el patrocinio de la Cámara de Comercio Honduro-Americana reiteró que la falta de educación y la corrupción son factores que impiden que países como el nuestro salga del atraso, y de ese círculo vicioso solo unos pocos se hartan la mayor parte del pastel, mientras el 60% de pobres y otro tanto por ciento de indigentes siguen hundiéndose en la desdicha o infortunio. A esto debemos agregar la complicidad de algunos funcionarios de organismos internacionales que en lugar de asegurarse haya transparencia en el uso de los recursos de la cooperación, se hacen de la vista gorda cuando los subsidios son dilapidados o malgastados en otras cosas. A su vez, estos funcionarios de segunda y tercera categoría cuando incurren en actos ilícitos acuden a la ayuda de los funcionarios que una vez protegieron con sus informes favorables, para evitar ser destituidos del cargo. No han sido tan rectos y valientes como fueron los funcionarios de la representación diplomática sueca al denunciar la alta corrupción con los fondos del Programa para la Reducción de la Pobreza.

Recordemos que la jefa de la misión antes de abandonar el país dijo que la ERP no solo estaba muerta sino que “bien enterrada”, pocos días después que se conociera el informe de la empresa auditora internacional independiente bajo la responsabilidad de la Universidad de Rotterdam, en cuyo uno de sus capítulos intituló: “Honduras: ¿Qué pasó con la ERP?, más claramente, ¿quién se robó el dinero de los pobres? Fue escándalo de pocos días, como sucedió con los siguientes “azos”. Como siempre, la justicia enmudeció.


El mayor castigo para el país fue aparecer como uno de los más corruptos del mundo, después de Venezuela, en los informes anuales de Transparencia Internacional, del Banco Mundial, el BID, el PNUD y otros. Este cáncer tan demoledor siempre está acompañado por el remedo de justicia que hemos tenido en el continente como quedó demostrado en el foro, que no pierde actualidad, realizado en Costa Rica: “La Justicia en Latinoamérica y El Caribe en la Década de los 90” bajo los auspicios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que entonces rectoraba el embajador Enrique Iglesias, exsecretario de la Cumbre Iberoamericana que, dicho sea de paso, desgraciadamente en el curso de los últimos años este organismo ha perdido vitalidad, al espaciar por razones económicas y políticas, los encuentros o cumbres al más alto nivel, al mismo tiempo van quedando olvidados en los anaqueles de la historia latinoamericana, importantes acuerdos presidenciales que hoy cobran vigor frente al nuevo orden de cosas de la región, como son aquellas políticas de educación, desarrollo y combate a la corrupción e impunidad. El embajador Iglesias entre otros aspectos puntuales de su disertación destacó que el BID estaba (o ¿está?) dispuesto a apoyar procesos de desarrollo, enfatizando que es inseparable el fortalecimiento institucional de los países. De la reforma del Estado y, por supuesto, de la modernización del derecho, para asegurar un orden jurídico de convivencia. Sin duda, fueron excelentes planteamientos debidamente argumentados, con propuestas viables que podrían tener frutos si hubiera voluntad política de los estados. Para controlar la corrupción, según el señor Robert Klitgaard, experto en estos temas, propone lo que hace algunos años propuso en Milán, Italia, el Banco Mundial: aprobar préstamos para proyectos que garanticen resultados satisfactorios bajo el esquema de recompensas y sanciones, es decir que los organismos financieros internacionales aprueben créditos únicamente a países que hacen uso apropiado de los mismos, con la respectiva evaluación independiente de un organismo internacional pagado con fondos de las agencias de cooperación para el desarrollo.

¿Dónde estarán esas fortunas que nos han robado? ¿Podremos recobrarlas algún día? ¡Soñar no cuesta nada!

Comentarios

Entradas populares