Magistrados: ¿ingenuidad o desconocimiento?
Magistrados: ¿ingenuidad o desconocimiento?
OLBAN VALLADARES
Con prudente optimismo, los “pocos” preocupados por la conformación de la Corte Suprema de Justicia de Honduras estuvimos esperando la elección de los magistrados.
Nada nuevo, vieja película en blanco y negro solo retocada para que luzca vistosa en las cámaras de TV, los actores virtuales nunca dando sus caras, los verdaderos directores, productores y escritores del guión, ocultos, girando instrucciones a los “extras” que aguardaron, horas intensas, en el hemiciclo, para recibir órdenes en cuanto a cómo votar.
¿Cuál independencia de criterios?
Se llegó al colmo, en dos partidos políticos de nuevo cuño, de increpar violentamente a representantes que osaron desacatar las órdenes del caudillo. Se percibía en los demás las caras de incondicional obediencia y esas sonrisitas que esbozan los subalternos cuando creen cumplir con la misión impuesta por los jerarcas.
No obstante, un hilito de esperanza, nos hace pensar, tal vez ingenuamente, que Dios nos da otra oportunidad para encontrar el verdadero camino hacia un Estado de derecho que nos permita disfrutar de una correcta aplicación de la justicia. Los primeros signos me asustan: a menos de 24 horas veo en televisión a ocho o diez magistrados haciendo sus pininos en pantalla chica. Señores: los jueces, los magistrados de todas las cortes solo dan declaraciones por medio de sus sentencias, nada de conferencia de prensa porque no son jugadores de fútbol ni políticos en campaña. Deben resistir la tentación de los micrófonos.
Desde que se juramentan se convierten en seres especiales, prudentes, silenciosos, estudiosos, ermitaños, no son para comparecencias públicas. Su novatada, frente a las cámaras los puede llevar a errores propios de su nerviosismo, (tres juramentados olvidaron la promesa de ley dejando por fuera su compromiso de ser fieles a la República). ¡Mal comienzo! Escuché con asombro cómo la ingenuidad o desconocimiento de los recién ungidos los lleva a prometer imposibles tales como que “intervendrán enérgicamente para enderezar entuertos dentro del Consejo de la Judicatura”.
Tengo entendido que la función de la Corte Suprema se limita a impartir justicia y no a intervenir en asuntos administrativos y operacionales.
El Consejo de la Judicatura no es órgano subalterno, solo el presidente de la Suprema tiene injerencia, por ser él quien lo rectora. Señores, todo un pueblo espera que se despojen de lealtades partidarias, la impartición de justicia debe ser pronta, recta y transparente.
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