Devaluación acumulada del lempira alcanza los 3.28

Devaluación acumulada del lempira alcanza los 3.28

La depreciación de la moneda nacional aumenta el costo de vida, disminuyendo el poder de compra del salario de los hondureños.

La devaluación del lempira ha impactado de forma negativa en la economía de la población hondureña, ya que encarece cada vez más el precio de los bienes y servicios.

En los últimos cuatro años, del 25 de julio de 2011 hasta la fecha, el lempira se devaluó 17.3%, según el Banco Central de Honduras (BCH).

El porcentaje anterior indica que la moneda oficial del país ha perdido 3.28 lempiras por cada dólar en el período 2011-2015, ya que el tipo de cambio de referencia pasó de 18.8951 a 22.1841 lempiras por dólar en la subasta electrónica del BCH.

Esto significó que el precio de venta, o sea lo que paga el público en general, aumentó de 19.0273 a 22.3393 lempiras por dólar, o sea 3.31 más, ya que el sistema financiero obtiene una comisión cambiaria de 0.07%.

Este valor es usado por los bancos y las empresas en general para la compra de divisas o para hacer la conversión al momento de efectuar pagos por bienes o servicios en moneda extranjera.

Lo anterior, desde el punto de vista de expertos en materia económica, ha sido un mecanismo para transferir ingresos del más pobre al más rico, lo que genera más desigualdad en la población.

Banda cambiaria

En julio de 2011, la administración de Porfirio Lobo cedió a las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para abrir las puertas a la devaluación mediante la reactivación de la banda cambiaria, dejando efectos negativos a la economía.

El esquema hace que el precio del dólar fluctúe entre dos bandas; una que tiene potestad para comprar dólares si el tipo de cambio llega a la banda inferior, y vender si llega a ubicarse en el límite superior, para así incrementar la oferta y presionar el tipo de cambio a la baja.

En la práctica pocas veces el lempira se ha apreciado, después de 2011, hasta cuando se mantuvo estable por casi seis años, con un precio de compra de 18.90 lempiras por dólar y 19.02 como precio de venta.

Modificar la política monetaria y cambiaria del país se considera inconveniente para la economía, ya que no existe una tendencia real de revaluar el lempira.

La única forma de obtener beneficios de esta medida monetaria sería que se aprovechara al máximo la ventaja competitiva que otorga en los mercados internacionales para incrementar de forma significativa las exportaciones, considera el economista y expresidente del BCH, Hugo Noé Pino.

Esto, a su vez, no solo elevaría el ingreso de divisas para el país, sino que también generaría más y mejores empleos y, por consiguiente más ingresos para el consumo interno que reactiva la economía, señaló.

“Una devaluación afecta el nivel de precios internamente, entonces trae como consecuencia una disminución del poder adquisitivo de los hondureños y, por ende, impacta en la calidad de vida de los que menos tienen”, sostuvo Hugo Noé Pino.

No obstante, en cuanto al nivel de productividad no se han reflejado mejorías significativas con el paso de los años, opina el economista Claudio Salgado.

“Hemos visto que más bien la balanza comercial sigue siendo igual, entre los mismos niveles, no exportamos más productos”, analizó Salgado. El resultado de esto es que los hondureños demandamos más millones de lempiras para mantener el mismo ritmo de importaciones y satisfacer las necesidades de la población en general.

Sector externo

La misión técnica del Fondo Monetario, que realizó la Consulta del artículo IV 2013, concluyó que el lempira se encontraba “un tanto sobrevaluado, y estuvieron de acuerdo en que una mayor flexibilidad cambiaria dentro del actual régimen fortalecería la posición externa”.

Esto porque la disparidad del intercambio comercial es aliviado por el ingreso de las remesas que envían los emigrantes que a falta de oportunidad parten hacia Estados Unidos, en su mayor parte.

Solo en 2014, los compatriotas inyectaron 3,353.2 millones de dólares a la economía hondureña, siendo la segunda fuente de ingresos de la población.

La creciente migración que origina el envío de estos recursos es una muestra de la falta de alternativas y de oportunidades de empleo, bajos salarios, la escasa inversión y el limitado crecimiento económico del país.

No obstante, la dependencia económica de las remesas vuelve a la economía hondureña más vulnerable a las fluctuaciones de los países donde viven los inmigrantes.

Factores

Para el coordinador del Gabinete Económico, Marlon Tábora, el tipo de cambio de referencia se comporta en función de las variables que lo determinan.

Agrega que la disminución del diferencial de inflación, la mayor acumulación de reservas internacionales netas y un índice de Tipo de Cambio Efectivo Real (ITCER) en la zona de ganancia de competitividad han influenciado en una menor depreciación del tipo de cambio.

Del 2 de enero al 23 de octubre de 2014, el tipo de cambio se devaluó de 20.5975 a 21.4062 lempiras por dólar, o sea 81 centavos y 3.9 puntos en valores porcentuales.

Sin embargo, del 2 de enero al 23 de noviembre de 2015, el tipo de cambio o precio de compra se depreció 67 centavos y 3.1%, al pasar de 21.5123 a 22.1841 lempiras por dólar.

Tábora, quien fue presidente del Banco Central de Honduras, dijo: “¿Dónde están los irresponsables que hablaron de depreciaciones de 10% y 15% para 2015, espero que la gente entienda y empiece a dejar de especular sobre temas que no saben”.

Sostuvo que al final del año se verá que la depreciación será de acuerdo con los niveles que el BCH tenía previsto, o sea entre 4% y 4.5%.

El expresidente del BCH concluyó que mientras el país no genere los dólares que consume y eso no se resuelva, el tipo de cambio tenderá a depreciarse

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