Los consejeros, la ley y la ética

Los consejeros, la ley y la ética

Editorial El Heraldo

Repudio, indignación y malestar generó la piñata de nombramientos irregulares de funcionarios en el Consejo de la Judicatura, una muestra de abuso de poder en el órgano que administra el Poder Judicial en Honduras.

Que uno de sus consejeros se haya autonombrado para magistrado en una Corte de Apelaciones, en la que asumiría dentro de tres años, al finalizar su actual gestión, contraviene cualquier consideración ética o moral, por muy legal que haya sido la disposición. El Consejo de la Judicatura representa la magnanimidad de la justicia y debe ser un ejemplo de principios y valores.

Los ascensos meteóricos de parientes, amigos o recomendados son inconcebibles en el órgano que debe velar porque se cumplan los criterios de rigurosidad, objetividad, imparcialidad, responsabilidad, transparencia y moralidad en el nombramiento de los servidores judiciales, tal como manda la Ley del Consejo de la Judicatura y la Carrera Judicial. El pleno del Consejo de la Judicatura tiene menos de tres años de haber asumido funciones y este es el segundo escándalo en el que se ve envuelto, después de la suspensión de su vicepresidente, acusado de tráfico de influencias. Mal récord para un organismo que en sus inicios anunció una depuración en el Poder Judicial como parte de los esfuerzos para fortalecer la impartición de la justicia y la confianza de la ciudadanía en su accionar.

Si no es por la denuncia oportuna de los medios de comunicación, entre ellos EL HERALDO, los nombramientos irregulares que tantos cuestionamientos y condena han provocado entre la población, habrían quedado en firme. Miremos ahora si el Ministerio Público o el Tribunal Superior de Cuentas toman cartas en el asunto para que estos hechos sean investigados y se deduzcan las responsabilidades por las faltas que se hayan cometido. Aplaudimos también la rectificación de los consejeros, quienes deben entender que no es posible que esa institución encargada de administrar todos los recursos financieros, materiales y humanos del Poder Judicial, y que surgió en medio de tantas expectativas, sea utilizada para sacar provecho personal.