Me escucha, Presidente?

Me escucha, Presidente?


Por Juan Ramón Martínez

Muchos lectores, creen que soy amigo de JOH. Y que, en consecuencia me escucha todo lo que le digo; o recomiendo. No hay tales. En la medida en que se adentra en su cuatrienio, nos relacionamos cada vez menos. Como es él quien tiene la iniciativa y no yo, cada vez, son más distantes los momentos en que conversamos. En las últimas dos veces, las conversaciones han durado un par de minutos. Apenas hemos intercambiado saludos, hablado de nuestras corbatas; o hecho bromas de a quien le responde el teléfono Corrales. Además, cada día que pasa, es más difícil comunicarme con JOH. Es decir que su primer círculo, en vez de ampliarse, más bien se cierra y se reduce. Con lo cual se aísla. Y disminuye su capacidad para leer la realidad. Interpretando los hechos, en función de comodidad y no de conveniencia.

Pero puedo escuchar las quejas y trasmitírselas públicamente a JOH. Sé mis limitaciones. Los gobernantes, casi no leen periódicos. Y se conforman con las explicaciones de sus asesores, que con monosílabos, le dicen fulano “escribe en su contra”. O “a favor suyo, Presidente”. Levantando la voz con alegría, para puntualizar que ello ocurre, por su hábil intervención con el periodista o escritor que se trate. Quiero cuidar a mis informantes, a los que me buscan para quejarse o los que me llaman mostrándome sus dolores, angustias y preocupaciones. Estoy abierto a escuchar, para cumplir con mi deber de vincular al soberano -los quejosos- con su obediente servidor, JOH.


La primera queja que me dan, desde el interior del país y de los barrios marginales de las principales ciudades, es que no es cierto que la vida para ellos esté cambiando. Más bien, indican, sienten que las cosas se les complican. Y que cada día que pasa, pierden, de a poco, la esperanza en el futuro.

Otros son más específicos. Un agente aduanero, me dice que los servicios en Puerto Cortés, no están mejorando. Y ahora, que otra empresa que maneja las operaciones portuarias, los servicios son más lentos y más costosos. Un exgerente, consultado, me confirma que la capacidad de respuesta operativa por parte del sistema, es más lenta que cuando él lo dirigía. También se quejan de los costos. Dicen -sin darme pruebas al respecto- que los servicios de Puerto Cortés son más caros que en Guatemala. Agregando que, no entienden por qué cerraron la aduana de Corinto. Yo tampoco lo sé.

Pero las quejas mayores son contra la DEI. Un empresario de La Ceiba, cerró un pequeño negocio porque al señalar equivocadamente el nombre de la calle en donde estaba instalado, el iracundo funcionario le cerró el negocio. Y cuando el empresario le dijo que lo dejara hacerlo a él, el burócrata le dijo que no: “entonces nos perderán el miedo”. Al final, el empresario cerró su negocio. Otro en Tegucigalpa, hizo lo mismo cuando le pusieron tantas trabas que no pudo satisfacer las burocráticas exigencias, dejando sin empleo a diez personas que había contratado. Un impresor, con deseos de imprimir uno de mis libros en sus talleres, me dijo que agobiado por la imposibilidad, se iba a operar tras del negocio de su hermano, para trabajar clandestinamente. En fin, otros dos comerciantes que operan en la salida del norte, me han dicho que les han cerrado los negocios, porque no están en el sistema computacional de la DEI. Y ellos, no saben de estas cosas. Ignoran qué hacer. Cuando les pregunto por las organizaciones gremiales, bajan los ojos y dicen: “ellos no nos ven, no hablan por nosotros, no nos representan”.

Empresarios medianos, con más de 100 trabajadores, han compartido sus temores ante la emisión del Código Tributario que les negara el derecho de defensa; convertirá a la DEI en juez y parte, pudiendo encarcelar a quien quiera y en el momento que quiera. “Mejor dejo esto. No quiero que me encarcelen”. Como esto afecta mucho al autoempleo, me preocupa. Y le pido a JOH, que se aleje del “círculo” y oiga a los quejosos. Que a mi juicio, no solo tienen razón. Sino que, además, son muchos. Y aunque no salen a las calles, votan. Y lo harán en contra.

Comentarios

Entradas populares