LO LLEVAN EMPUJADITO

LO LLEVAN EMPUJADITO


Editorial La Tribuna

MIENTRAS los políticos contumaces y los de nuevo cuño se ejercitan en sus juegos malabares para mantener divagado un auditorio de boca abiertas, en este espacio editorial –para llevarles la contraria– vamos a continuar abordando los temas que aquejan al pobre pueblo pobre; entre otras cosas, esa grosera desplumada que la autoridad monetaria le está pegando al indito Lempira. Como decíamos ayer, lo llevan empujadito a una devaluación acelerada, cuesta abajo, como entierro de pobre. En uno de esos foros públicos de opinión, el técnico en jefe del Bantral –funcionario del cual no ponemos en duda su larga experiencia en esas lides– dio a entender que ellos –los funcionarios hondureños– reclaman total paternidad por esos programas que negocian con las aves agoreras, ya que nacen de su entera genialidad. No dudamos que, después de tantos años bregando en ese ambiente, algunos técnicos criollos, anonadados por la sapiencia de los burócratas internacionales que utilizan al país como tubo de laboratorio para ensayar sus pociones, han quedado atrapados en la retórica de esa escuela económica que estrangula la economía.

Como si fueran rehenes del FMI deambulan en ese trance hipnótico que les roba toda posibilidad de discernir en forma autónoma. Tal es la idolatría a esa influencia foránea, que difícilmente escapan del cautiverio. Los amos de estas economías tercermundistas no tienen más que dar instrucciones a manera de recomendaciones para que se cumplan. Y a propósito. Rebatiendo el contenido de un editorial anterior, el compareciente a uno de esos foros intentó desmentirnos, asegurando que es falso que el FMI les imponga nada. Si es que no tiene necesidad de imponer –por las razones de la influencia hipnótica que explicamos anteriormente– le basta con recomendar para que las instrucciones se cumplan. Como muestra un botón: El 9 de junio de 2014 el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la consulta del Artículo IV con Honduras. Del boletín oficial citamos textualmente: “Los directores coincidieron en que la política monetaria es adecuada en términos generales, pero alentaron a las autoridades a estar listos a ajustarla para proteger las reservas internacionales o mantener la inflación bajo control. Los directores tomaron nota de la evaluación del personal técnico del FMI de que el lempira se encuentra un tanto sobrevaluado, y estuvieron de acuerdo en que una mayor flexibilidad cambiaria dentro del actual régimen fortalecería la posición externa y aliviaría los costos del ajuste fiscal. En el mediano plazo, las autoridades también podrían considerar un régimen más flexible, como parte de la modernización del marco monetario”. ¿Y eso qué quiere decir? No hay que quebrarse la cabeza para entender que “flexibilización” es devaluación. En un inicio llevaban la procesión despacito pero ahora llevan al indito como entierro de pobre.

Nosotros disentimos de las hipótesis fondomonetaristas que han llevado a la crisis a tantos países. Obama impuso dos estímulos multimillonarios para resucitar sus mercados deprimidos, contrario a lo que recomienda el FMI. Pero como aquí estas naciones descalzas son patio de experimentación. La teoría de las aves agoreras es que las distorsiones del mercado se dan por exceso de demanda. El correctivo es imponer medidas de contracción e incrementar el ingreso fiscal si es necesario exprimiendo el último sumo al limón. No se les ocurre pensar que en estos países acabados el problema no es exceso de demanda –ya que esta es de mera subsistencia– sino de escasa oferta por la falta de producción. (Solo miren el batallón de desocupados, las escaseces repitentes, la gente que emigra por falta de oportunidad). La forma de activar la oferta doméstica es con incentivos no con medidas impositivas. Y de paso, el fisco obtiene más ingresos de una economía bonancible no de una en la lipidia. Igual con el tema monetario. Las importaciones elevadas son porque el país no produce y requiere abastecerse de artículos importados. La devaluación hace más caros los alimentos importados, las medicinas, las materias primas, en fin todo lo básico que viene del exterior necesario para suplir lo que no se elabora en el mercado nacional. Si se trata de corregir la balanza comercial deficitaria, hay que privilegiar lo doméstico pero también aumentar la capacidad de producirlo. La devaluación, dizque para que exportemos más, no resuelve el problema, lo complica. En jerga de los economistas, porque la demanda en el exterior para los postres que vendemos es inelástica. La razón por la que se han incrementado las exportaciones es porque la economía norteamericana se ha recuperado no porque estén devaluando la moneda. La devaluación, solo beneficia a los consumidores de afuera que compran más barato lo que vendemos y perjudica al consumidor nacional que paga más caro por lo que importamos. ¿Entendieron?

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