Agua, agua y más agua

Por Noé Pineda Portillo
noepinedap@yahoo.com

Se dice que de ahora en adelante, la población mundial, los agravios y desagravios, serán debidos a la necesidad, no tanto de alimentos, sino del agua que consumimos para diferentes menesteres, ya sean domésticos o industriales. El agua es vida y porque la vida proviene del agua. ¿Quién puede vivir sin agua? Pero bien, dejemos de filosofar y dediquémonos a la falta de agua en nuestra ciudad capital.

Recordamos cuando el ingeniero José Azcona, quería ser presidente y se reclamaba el agua como prioridad. Pues cuando llega a la Presidencia de la República, lo primero que hizo fue construir la Represa de La Concepción y el gran gusto de él, fue inaugurarla durante su período presidencial. ¡Hombre dijimos! Si así fueran todos los presidentes, hace tiempos tuviéramos un aeropuerto internacional para Honduras o bien el Ferrocarril Interoceánico. Pero como decía la propaganda de aquel otro compatriota lenca: “es que aquí somos diferentes”.

Y hablando de nuestra cruda realidad, el agua escasea todos los años y le echamos la culpa a los fenómenos traviesos del “Niño” y la “Niña”, como queriendo decir, si quitamos esos fenómenos traviesos, nuestras calamidades dejarán de existir. Esas son las comodidades o “haraganerías” del fácil componedor, que no quiere sacrificarse en la solución de los problemas. Es decir, la previsión o falta de visión para nosotros no existe, y por eso estamos en la retaguardia de otros países que con menos recursos y aún más pequeños en tamaño están más adelantados que nosotros.

En un reporte del colega diario La Prensa, se informa que las represas de la capital “ya han comenzado a disminuir sus niveles de agua, por lo que las autoridades del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) advierten que los días de racionamientos del líquido se prolongarán en verano”. “Tomás Romero, Jefe de Operaciones del SANAA, explicó que actualmente en más del 50% de las colonias de Tegucigalpa el servicio se da cada tres días; pero estos intervalos se podrán ampliar si no se cuida el líquido en esta temporada de calor” (Diario La Prensa 21 febrero, 2016).

Como vemos la situación sigue igual o peor que los años anteriores y así seguirá la situación por sécula seculorum, esto es si no nos proponemos un plan para combatir el problema. En vez de endeudarnos con préstamos internacionales para otras obras no tan urgentes, por qué no lo hacemos con la construcción de otra represa. Ya hay estudios para tal efecto, por qué no se toma la decisión de construir. Las necesidades no esperan y la población sigue creciendo como decía Malthus en progresión geométrica, mientras los alimentos lo hacen en progresión aritmética. Es necesario, que las autoridades decidan ya. Eso hay que construirlo, como prioridad número 1. Así lo exige el pueblo Capitalino.