La devaluación del lempira
REDACCIÓN
La devaluación del lempira
Durante las primeras semanas de este 2016 hemos visto cómo el lempira ha caído estrepitosamente frente al dólar, provocando también que los precios de los productos y servicios se disparen.
Del 4 de enero al 16 de febrero, el precio de la moneda estadounidense pasó de 22.36 a 22.59 lempiras, es decir 22.42 centavos más, lo que genera preocupación si se toma en cuenta que durante todo el 2015 el tipo de cambio se encareció en 84.33 centavos, al pasar de 21.51 a 22.35 lempiras, que equivale a un 3.9% en valores porcentuales.
El gobierno por medio de sus funcionarios corrió a explicar que el fenómeno era típico del mes de enero de cada año, debido a que se registra -así como en noviembre y diciembre- un incremento en las importaciones. Sin embargo, sigue avanzando febrero y nuestra moneda, el lempira, continúa siendo golpeada.
Luego nos encontramos con que la depreciación del lempira a la velocidad que lleva en estos momentos es parte del acuerdo stand by 2014-2017 con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que en valores nominales significa un aumento de 1.1177 lempiras más en el precio de compra del dólar, que alcanzaría un máximo de 23.47 lempiras al finalizar este año. Es decir, la meta es una devaluación de 5% para 2016.
¿Entonces, en qué estamos? Las autoridades primero dicen una cosa y luego, sin ton ni son, dicen otra.
Basta recordar que el FMI siempre ha insistido en devaluar el lempira, pero, al menos, se había tenido la mesura de llevar esa depreciación a un ritmo menor del pretendido. Parece que esta vez no será así. La devaluación provoca inflación, el peor impuesto al bolsillo de los hondureños. Sabemos que Honduras debe exportar más e importar menos, pero eso implica también tener los estímulos correctos.
Algo no se está haciendo bien en algún lado para que se auxilie al pobre lempira con el que los hondureños deben hacer milagros para poder llevar el pan de cada día a su mesa.
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