Consenso

Consenso


Por Jonathan Roussel

Consultando varios mataburros en inglés, francés, ruso y esperanto encontramos que consenso significa estar de acuerdo.

Oyendo a Mel parece que quiere decir “se acabó el bipartidismo” y si escuchamos a Nasralla, consenso es una especie de gana-pierde, y Doris en su soledad de única diputada del Pinu, electa por chingaste y favor, cree que consenso es su presencia en la vida pública. Peregrinas ideas.

En ninguna ley hondureña está la tal palabreja. Solo encontramos obligatorio cumplimiento, procedimientos, plazos y sanciones, e igualdad ante la ley. Pactar.

En los últimos tiempos, consenso se ha repetido tantas veces que ha perdido su significado único y hermoso y en ocasiones suena como pretexto y en otras como amenaza. Y por momentos nos da la impresión que hablan de algo tan fracasado como el unipartidismo. (¿Será un plan secreto?).

Mel juega esconde la piedra. Nasralla póngale la cola al burro y Doris a la gallina ciega. Y vinieron las triquiñuelas, los engaños y traiciones. También se presentaron los juegos infantiles y la vergüenza ante el triste espectáculo de los empujones, insultos, gritos y amenazas.

Y nuestra patria no se merece nada de esto, aunque opinen lo contrario analistas y columnistas.

Y en la mentalidad política, muy reducida de Nasralla, consenso es moneda para intercambio. Si me das seis te doy uno dijo recientemente. Más barato por docena. Algo así como negociando al estilo del mercado. Esa “genialidad” ha hecho furor entre los mercaderes.

Verdadero es que nadie uno por uno, tiene por voluntad de los votantes la mayoría simple en el Congreso Nacional. Tal parece que el electorado les mandó ponerse de acuerdo para la gobernabilidad y ponerse de acuerdo es patriotismo. Hace falta llegar a acuerdos inteligentes no suicidas.

Muchos sueltan la frase no aprendimos nada del pasado. Se dice para que el oyente o lector piensen que el de la frase sí piensa en el futuro recordando el pasado.

Aquí les dejo una muestra del pasado que sí funcionó. El 8 de febrero de 1904 el gobierno del general Manuel Bonilla le ordenó a su jefe policial general Lee Christmas que capturara a todos los diputados y los llevara a la Penitenciaría al tiempo que disolvía el Congreso, funcionó, el país se tranquilizó. Muchos tuvieron vacaciones en la cárcel. No decimos que debe volver a pasar, pero aprendamos de la historia.

Moisés el gran líder bíblico lideró a su pueblo en dos grandes campañas; a liberarse de la esclavitud egipcia y a la tierra prometida. No había consenso, no se había inventado la democracia, obedecían mandatos y leyes por el bien de todos, y quien fallaba era castigado.

Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por Él. Por lo tanto todo el que revela contra la autoridad se revela contra Dios… Romanos 13:1-7.

Y así estamos. Creo que sería mejor que en lugar de decir consenso dijéramos “consesos”.

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