¿Y la inteligencia policial y militar?

¿Y la inteligencia policial y militar?



Por Óscar Lanza Rosales
olanza15@hotmail.com

Después que publiqué mi último artículo “Presidente JOH: Corrales, no es único en el mundo”, estoy muy claro que él prescindió de los servicios del ingeniero Arturo Corrales en Relaciones Exteriores, y se expresó enojado en esos términos de él, porque al igual que otros altos funcionarios de Seguridad, le han ocultado información, como a los anteriores gobernantes, de lo que realmente estaba pasando en la Policía Nacional, que muchos de sus elementos, en diferentes niveles han estado coludidos con el crimen organizado.

Pero con Corrales, hay algo adicional, que ha contribuido al malestar manifiesto del mandatario, y es que cuando él fungió como ministro de Seguridad, ofreció los servicios de su compañía Ingeniería Gerencial, ignoro si en forma gratuita o a base honorarios y obviando los conflictos de intereses, para digitalizar los expedientes de todos los miembros de la Policía Nacional, propósito que esta empresa no ha cumplido aparentemente hasta la fecha, y da la impresión que ha extraviado parte de esa información, y como el gobierno actual está muy interesado en la depuración de la Policía, para lo cual ha creado una comisión especial para ese fin, no puede realizar esa tarea a cabalidad, porque muchos expedientes están incompletos, manipulados o no tienen ninguna información.

De lo anterior, se puede concluir que la administración de los recursos humanos de nuestra Policía es y ha sido un completo desorden. Se ve que no ha existido un manejo profesional, como debería ser lo usual en cualquier institución pública o privada que se jacte de ser organizada, sobre todo en una institución policial, donde sus empleados y funcionarios, son el recurso más valioso.

Tanto Pepe Lobo como Juan Orlando Hernández, a su paso por la presidencia del Congreso Nacional y la Presidencia de la República, se han esmerado en emitir leyes y más leyes, lo mismo que en la creación de muchos organismos vinculados a Seguridad, como la pomposa Fusina, pero no le pusieron la debida atención, a lo principal, que era de garantizarle a la sociedad hondureña, un verdadera Policía, profesional, súper organizada, incorruptible y no permeable de entrar en componendas con el crimen organizado.

Del Presidente Hernández teníamos la esperanza, que como es egresado de una universidad estadounidense en gestión pública, y además con formación militar en secundaria, íbamos a tener un presidente con mayores conocimientos en inteligencia militar y policial, que según los entendidos es la base para lograr un desempeño efectivo de la Policía.

Siempre habíamos creído que al Presidente de la República le llegaba diariamente un reporte veraz de inteligencia tanto de la parte militar como policial, con la información procesada para la toma de decisiones y hacerle frente a las amenazas y riesgos que pudieran afectar tanto al Estado como a la población.

Como les conté en otra ocasión, de ese privilegio se sentía orgulloso José Manuel Zelaya, cuando fue presidente, de contar con información de primera mano diariamente de lo que está aconteciendo en todo el país.

Esos reportes de inteligencia era el punto fuerte de Carías, de los comandantes y subcomandantes de todo el país, y del ejército de orejas que abundaban por doquier.

Desde que las Fuerzas Armadas se profesionalizó en el gobierno de Villeda Morales, y que logró su autonomía, ese reporte era un informe obligatorio para el presidente o jefe de Estado. Dicen los militares que han trabajado en inteligencia, que Suazo Córdova es el presidente que más atención le prestaba a esos reportes. Los esperaba desde las 5 de la mañana. Contrario al presidente Azcona que los miraba con indiferencia.

Uno como simple ciudadano se pregunta, cómo es posible que ante el clima de inseguridad que vivimos, y que es el principal problema a resolver, nuestros últimos presidentes y el actual, no le hayan dado la debida importancia a estos informes de inteligencia, y también a los de contrainteligencia, para confirmar y cerciorarse que en los primeros le están diciendo la verdad.

Creo que la mayoría de los hondureños no esperábamos que en el tercer año de gobierno del Presidente Hernández, esta gran sorpresa que parte de la Policía está coludida con el crimen organizado. Si los altos jefes de esta institución le ocultaban la verdad, ajá y los reportes de inteligencia y contrainteligencia de los militares ¿no detectaron que en la Policía estaban sucediendo cosas raras?

Que le sirva de lección al Presidente Hernández esta mala experiencia, para que sea más exigente con sus colaboradores, principalmente en el tema de seguridad.

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