A mensajes claros, interpretaciones lógicas

A mensajes claros, interpretaciones lógicas

Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)
“El asunto del aeropuerto de Palmerola es una cosa que ustedes los hondureños deben de manejar y solucionar. Nosotros obviamente somos huéspedes de la Base Soto Cano y estamos ahí a disposición del gobierno de Honduras; siempre está en manos del gobierno si nos quedamos o no”. Palabras del señor embajador James Nealon, tomadas del diario Proceso Digital (5-05-2016).

“Una base militar netamente hondureña” fue el título de un artículo del coronel de Aviación (Retirado) Francisco Zepeda, del cual extraigo algunos datos: el 7 de mayo de 1982 el canciller por ley, Rodolfo Rosales Abella, recibió una nota del embajador John Dimitri Negroponte formalizando la petición para introducir un anexo al tratado militar del 20 de mayo de 1954, en la que se acordaba sobre la permanencia de fuerzas norteamericanas en el perímetro de la Escuela Militar de Aviación, la que recién en 1981 había sido trasladada de Toncontin a Palmerola. El anexo también incluía la responsabilidad sobre las construcciones y reparaciones militares y mantenimiento de las pistas de Palmerola, La Mesa y Golosón.

Es así que a partir de esa fecha, y teniendo en calidad de huéspedes el contingente norteamericano, comenzamos a ver la construcción limitada de edificaciones de madera y techo de zinc, en donde se albergaban los componentes que ahora constituyen la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo (US-FTJB). También desde entonces hemos estado claros que la posesión y mando de esas instalaciones militares (Base Coronel Enrique Soto Cano), son exclusivamente hondureñas. Obviamente la necesidad y los intereses norteamericanos, provocaron el crecimiento de la US-FTJB; hoy al sector este de la pista y adyacente a la carretera CA5 encontramos la base de nuestros distinguidos huéspedes modernamente construida y con todas las instalaciones y facilidades dignas y representativas de la primera potencia militar del mundo.

Volvamos un poco a declaraciones del señor embajador Nealon, ¿será que no podemos comprender el mensaje? ¿Será que ellos, muy condescendientemente, han comprendido nuestra necesidad de construir la nueva terminal civil sobre la actual Academia de Aviación y adyacente a su moderna base, o será que van a “levar anclas” como dicen y dejarán una inversión multimillonaria construida bajo acuerdos de huéspedes obviamente permanentes y dirán simplemente adiós y nada más? ¡Esperamos que así sea! Porque de lo contrario estamos oponiéndonos a los intereses de nuestros principales socios y aliados. Solo pensemos en nuestra mutua relación comercial, en nuestros migrantes, en nuestra relación en materia de defensa y seguridad, y en todas las demás áreas habidas y por haber.

La solución está en nuestras manos, no nos empecinemos en la triste retórica de proclamar ¡Esta base es nuestra! Pensemos primero en quiénes son nuestros honorables huéspedes y decidámonos por construir la terminal en el sector oeste de la pista. Este es el lugar óptimo y lógico para el desarrollo futuro, así, alejadas las operaciones civiles, no se perturbaría ninguna operación militar.

Otro mensaje: “Sobre el armamento que Nicaragua está adquiriendo en Rusia”; consultó la prensa al embajador Nealon. Respuesta: “Esas preguntas son más para su gobierno”. Claro y contundente el embajador. Tenemos un vecino fronterizo que está adquiriendo, de parte de uno de sus más fuertes aliados, sistemas de combate aéreo de primera, sistemas de defensa aérea, sistemas marítimos ofensivos, sistemas de caballería blindada de capacidad superior, y la reacción de nuestro principal aliado (para el público) es “pregúntele a su gobierno”, esto es para pensar. Probablemente hay una piedra en el zapato o un cuello de botella que imperceptiblemente fricciona nuestras relaciones, aunque todo se ve nítido a la luz de nosotros los súbditos catrachos.


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