Aprendices de dictadores, dueños absolutos de sus partidos


Aprendices de dictadores, dueños absolutos de sus partidos

Por Boris Zelaya Rubí

“El peor analfabeto es el analfabeto político. Él no oye, no habla ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, depende de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan animal, que se enorgullece e hincha el pecho al decir que odia la política. No sabe el imbécil que de su ignorancia política proviene la prostituta, el menor abandonado, el asaltador, y el peor de los bandidos, que es el político aprovechador, embaucador y corrompido, lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”. Bertold Brecht.

En la vorágine de ambiciones “patrióticas” por dirigir la nación, se inician las componendas en la aspiración de ganar las elecciones internas en los partidos políticos. Faltan pocos meses para elegir los candidatos a la Presidencia de la República, diputados al Congreso Nacional y alcaldes municipales. Las preguntas que se hacen los ciudadanos son las mismas de siempre: ¿Qué caras nuevas presentarán los partidos? ¿Habrá quiénes busquen la reelección? ¿Qué formación académica tienen para representarnos en el Congreso de la República? ¿Y habrán cambios de los que dirigirán los municipios del país como alcaldes, exigiéndoles alguna preparación, que no sea solamente ¡leer y escribir!, o ser de los ricos del pueblo? Alguien dijo: la política es quizá la profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación ¡Suerte te dé Dios y el saber poco te importe!
En cuanto a las posibles candidaturas del Partido Liberal, solamente diremos que siempre han permitido a sus afiliados la libertad de decidir, dándoles oportunidad a varios movimientos. De mantenerse esa conducta política, existe la probabilidad que vuelvan al redil los que creyeron en el “Tal Mel”.

Los nacionalistas, en varias ocasiones hemos practicado simulacros de elecciones internas, cumpliendo con lo ordenado por la Ley Electoral, obedeciendo la línea disciplinaria y el mando vertical del Comité Central. No tenemos pleitos internos de poder, como los tienen los partidos emergentes. Los oportunistas aprendices de dictadores, dueños absolutos de sus partidos, están mostrando desgaste y divisiones irreconciliables de grupos, que con seguridad, les ocasionarán una derrota catastrófica. “Se puede engañar a parte del pueblo, parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”. Lincoln.

Los hondureños hemos tenido muy malas experiencias, con gobernantes de escasa preparación académica, manejando el país “a lo que salga”, o con asesores que le dicen hasta cómo hablar, preparándole los discursos para dirigirse a la nación, porque si los dejan solos pueden comer melón frente a las cámaras o hablar de malos olores en la sala de sesiones del gabinete de gobierno, haciéndonos pasar vergüenza a nivel mundial. Pobres hombres, lo único que tienen es la viveza del lanita de barrio, la intriga política y la habilidad para negocios propios con el dinero de las arcas, son ¡los aprovechadores políticos! Y pensar que algunos hasta han manejado el Congreso Nacional de la República, por eso es que ahora cualquier “perico de los palotes” se atreve a lanzarse en la búsqueda de tan digno cargo, mostrándose a través de cualquier medio televisivo, por supuesto pagando a los que viven de sus ingenuidades.

El infortunio de nuestra patria es que aparte de los analfabetos políticos, tenemos una gran mayoría sin el deseo de ejercer sufragio por la apatía que los caracteriza, y están los más peligrosos ¡los pobres de conciencia! Que venden su voto al mejor postor, sin saber quiénes son los aspirantes y les importa un comino, que esperar de ellos. A los izquierdistas ahora supervisados por la MACCIH ¿qué gobierno los financiará? A los “compañeros” de Latinoamérica ya no les interesan sus colegas de Centroamérica, ellos están desesperados, aferrándose al poder con dientes y uñas, día a día están perdiendo la credibilidad del pueblo por corruptos y la crisis económica a la que han llevado a las naciones que dirigen, su popularidad se ha visto vulnerada.

El Partido Nacional, sin candidatos a la Presidencia (por el momento) está graníticamente unido por la labor de la mayoría de los que ostentan un cargo de elección popular, que se han volcado a visitar a los correligionarios en todo el país, haciendo labor e impulsando las obras emprendidas por el Presidente de la República, quien a pesar de ser víctima de una oposición destructiva jamás vista, la ha sorteado con una tolerancia que demuestra su madurez política y su visión futurista, como debe de ser la tarea de un estadista. Nuestros líderes nacionalistas se han pronunciado únicamente en fomentar la unidad y el deseo de continuar en el poder.

Las buenas y valientes acciones nunca vistas, califican por sí mismas las actuaciones del actual mandatario. La continuidad y el éxito de sus labores será puesta a prueba dentro de muy poco tiempo. ¡No hay más tren que el que pita!

De rodillas solo para orar a Dios.

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