Del gobierno

Del gobierno


RAMÓN CUSTODIO

Es muy difícil hablar del gobierno de la República de Honduras, y, no sé si es más difícil hablar en bien que hablar en mal del mismo; casi me atrevo a decir lo mismo de cualquier gobierno, de lo que hemos dado en llamar Latinoamérica, y que los españoles hacen la diferencia cuando hablan de Iberoamérica para excluir los países anglo y francoparlantes de El Caribe.

Diferencias aparte, creo no equivocarme en que los pobres y los miserables de todo el mundo sufren lo mismo en cualquier parte donde viven; su condición de excluidos, marginados y discriminados, por la poca o ninguna responsabilidad de los gobiernos y las sociedades.

Bien dijo Thomas Paine, en su libro “Los derechos del hombre”, traducido al español en 1821, que: “La razón y la ignorancia influyen la mayor parte del género humano. Si cualquiera de ellas puede adquirir bastante extensión, la máquina del gobierno anda fácilmente con sus faenas, pues la razón de por sí obedece, y la ignorancia se somete a todo lo que quisieren”.

A continuación nos señala que en el mundo hay dos clases de gobierno: primero el gobierno electivo y representativo, comúnmente llamado República; el segundo es hereditario, conocido como monarquía y aristocracia, predominando la razón en el primero y en el segundo la ignorancia. Al primero hay que agregarle la participación del ciudadano en las decisiones más trascendentales, que completa la democracia enunciada por Lincoln como el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Si el pueblo tiene que elegir entre candidatos que no son honestos, íntegros, y que casi siempre se corrompen en el poder, o ya eran corruptos antes del ascenso, tenemos las consecuencias que tenemos actualmente; una sin razón, que viene a confirmar lo que alguien señaló, al decir que cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Mientras que el ladrón nos escoge, nosotros hemos venido eligiendo a los que nos roban y por eso tenemos una mala administración pública, porque la buena administración pública y privada exige talento y capacidad. Y ahora el mal es peor, porque sabemos de candidatos que son elegidos por campañas carísimas, sin que haya una auditoría que demuestre si ellos están lavando o no esos dineros en sus campañas.

Todos sabemos los vicios del sistema electoral actual y, sin ninguna explicación razonable, las reformas esperadas para transparentarlo siguen engavetadas, con una mala fe increíble, tanta que llega al dolo y al delito, sin ninguna responsabilidad de estos delincuentes.

La razón explica la libertad como la ignorancia permite la obediencia y sumisión ciegas, que hacen que los que manipulan los asuntos de la democracia desde el gobierno, con aliados de la supuesta oposición, con total descaro hablan de la reelección como cosa juzgada, a pesar del mandato constitucional que la prohíbe.

Para ilustración de los insensatos y pésimos asesores menciono algunos hechos.

El elector hondureño en general es inteligente y capaz de cruzar el voto para una larga lista de diputados, sin equivocarse y con tanta pericia, que ya muchos fueron botados de tan honroso cargo. Gentes de todos los estratos del partido que hoy hace otro mal gobierno, nos han confiado que no volverán a votar por los mismos; mientras un campesino humilde nos contestó, cuando le hablamos del fraude: “Y con las urnas llenas con votos genuinos, cuál fraude…”.

Cierro estas reflexiones, señalándoles a los consejeros, asesores, incondicionales, aduladores, fraudulentos y brujos, que la bayoneta es un arma que defiende el honor de la patria cuando está calada para enfrentar al enemigo, pero no sirve para sentarse en ella.

Comentarios

Entradas populares