Violadores ayer, honestos ahora
Violadores ayer, honestos ahora
OCTAVIO CARVAJAL
Como vivimos curtidos de hipócritas, tenemos derecho a morirnos de la risa una y otra vez al ver y oír a sucios actores que venían gruñendo la rifa de nuevos magistrados y terminaron, sin ser “borregos” de nadie, en secretas citas, al pie de palacios intentando trabar la elección exigiendo cargos en organismos electorales.
Soñados de “morales” abordaron la mesa para fiar 15 magistrados. Adrede, retrasaron la votación, transando reformas constitucionales que premiaran a líderes de la “oposición” con cargos en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Instalada la tercera legislatura, olvidaron el Himno Nacional, pero no sus apetitos.
El Congreso se convirtió en algo parecido a una feria pueblerina. Diputados rivales al partido de gobierno ratificaron su decisión de no elegir la nueva Corte Suprema de Justicia a pesar de que algunos de sus miembros participaron en la Junta Nominadora. Negociando cargos electoreros, metieron zancadilla para demorar el sorteo de jueces.
Como llanta de repuesto, instalaron una urna por si fracasaba el voto personalizado en plena sesión legislativa que, como siempre, se vio caracterizada de dimes y diretes entre los congresistas de diversos partidos. Los liberales peleaban, al menos siete u ocho sillones en la justicia, entre ellos uno designado para ser el presidente, gracias a un racimo de flores.
De Libre se rumoró peleaba por dos, un hombre y una mujer quien aspiró a ser diputada por el movimiento de un periodista que luego le puso los cachos al líder de Libertad y Refundación. Otros, en medio de coqueteos y brindis, lograron canonjías en citas secretas con dirigentes del Partido Nacional.
Ojalá en esta reñida votación no hayan zozobrado algunos con cara de yo no fui por fuertes convenios pues otros perdieron el recato en mansiones de poderosos.
A los nuevos inquilinos del Poder Judicial les aguarda resolver de forma rápida el expediente secreto de más de una veintena de hondureños exigidos por Estados Unidos. Figuran empresarios, políticos, oficiales de Policía y del Ejército ligados al crimen organizado.
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