El nepotismo también es corrupción

El nepotismo también es corrupción


Por Óscar Lanza Rosales
olanza15@hotmail.com

La corrupción, el clientelismo y el nepotismo son las principales debilidades de nuestros funcionarios públicos y políticos en general para obtener ventajas del poder público. Hoy me voy a ocupar del nepotismo, que según algunos estudiosos del tema, lo califican simplemente como un abuso de poder, que conduce posteriormente a la corrupción, lo cual no comparto, porque es tan pernicioso, como los otros tipos de corrupción, como el soborno, el fraude y la malversación de caudales públicos.

De acuerdo a Wikipedia, el nepotismo es la preferencia que tienen los funcionarios públicos para dar empleos a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo. Para favorecerlo económicamente, darle influencia o gozar de su lealtad.

En Honduras, el nepotismo está muy enraizado entre nuestros funcionarios y políticos, entre los pudientes y hasta los de bajo nivel de jerarquía. Ya es parte de nuestra cultura, de los alcaldes, diputados, ministros y hasta del presidente de la República.

Y la gente se inventa varias artimañas, para no reflejar el nepotismo. Por ejemplo, en el año 2010, por denuncia de irregularidades en la municipalidad de La Libertad, Comayagua, entre ellas, que el alcalde tenía muchos parientes trabajando en esa municipalidad, el Tribunal Superior de Cuentas practicó una auditoría para investigar esas irregularidades, pero el auditor al concluir su reporte, terminó con las manos vacías en cuanto al nepotismo denunciado, porque las partidas de nacimiento que le presentaron los empleados municipales investigados, solamente aparecían con un nombre y un apellido, lo que no le permitió, según él, determinar el parentesco y grado de consanguinidad y afinidad con el alcalde.

En el gobierno de don Porfirio Lobo, los medios denunciaron todos los parientes del presidente que estaban trabajando en la administración pública, pero tanto él como sus principales funcionarios pusieron oídos sordos a las denuncias.

El Presidente actual, ha incurrido visiblemente con el nepotismo. Una vez se hizo elegir diputado, a pesar que su cuñada fungía como magistrada de la Corte Suprema de Justicia, y que está prohibido por el artículo 250 de la Constitución de la República. Y ahora como Presidente, tiene a su hermana como ministra asesora en Estrategia y Comunicación, a pesar que él ha negado a CNN que no es ministra porque no maneja presupuesto.

Y el caso más reciente de nepotismo se ha dado con el abogado Rigoberto Chang Castillo, que hasta hace poco se desempeñaba como ministro de Derechos Humanos, Justicia, Gobernación y Descentralización, y que ahora el Presidente lo ha designado como el enlace del gobierno con la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH). Resulta que el abogado Chang Castillo es el suegro del Fiscal General abogado Óscar Fernando Chinchilla, que está casado con su hija, la abogada Catherine Yamileth Chang Carías, que hace algunos días fue nombrada como directora del Banco Central de Honduras. Nepotismo que ha sido denunciado por varios medios, en los que irónicamente Chang Castillo aparece sosteniendo la Constitución que ha incumplido al momento de juramentar a su hija. E irónico tambiénes su nombramiento como enlace con la MACCIH que se ha organizado precisamente para investigar y combatir la corrupción en nuestro país.

En el caso de la abogada Chang Carías, los medios han enfatizado que ella tampoco cumple con los requisitos académicos y profesionales que exige el artículo 8 de la Ley del Banco Central de Honduras, de: “…contar con una amplia experiencia en materias relacionadas con la economía general, el comercio internacional, la moneda, la banca, las finanzas públicas y privadas o el Derecho Económico”.

También otra hija del abogado Chang Castillo, la licenciada Alejandra María Chang, se desempeña actualmente como directora general de Franquicias Aduaneras, de la Secretaria de Finanzas.

Varios países incluyen al nepotismo en la corrupción, porque algunas personas que no tienen los méritos llegan a un puesto público, lo cual significa despilfarro de recursos, e ineficiencia para el cargo que desempeñan y para su institución. Y además es antidemocrático, porque es concentración de poder, empleos y sueldos, quitando la oportunidad a otros hondureños que sí tienen los merecimientos para participar en la administración pública.

Ojalá que la MACCIH que estápor iniciar operaciones, comience por definir y hacer conciencia entre los hondureños qué se entiende por corrupción, y particularmente nepotismo, que a pesar de las frecuentes denuncias de los medios en diversas instituciones del Estado, los altos funcionarios de la administración pública, incluyendo el Presidente de la República, se hacen los de a peso, como reza el refrán popular.

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