Oposición a la política económica integral del gobierno

Oposición a la política económica integral del gobierno


Por Marcio Enrique Sierra Mejía

Lo concreto del tiempo político vigente es que en Honduras se está aplicando una política económica basada en un diagnóstico correcto de las fallas que esta tuvo en los gobiernos que precedieron el mandato actual del Presidente JOH. La política económica del gobierno actual es afirmativa y eficaz en el abordaje de la crisis económica porque aplica con disciplina la política fiscal, ordena el gasto público evitando la corrupción y contraataca con firmeza la aberrante y débil política de control y seguridad ciudadana heredada que posibilitó la formación de los carteles del narcotráfico. En este sentido, la crítica que le hace Libre al gobierno nacionalista no es del todo aceptable, pero es pertinente considerarla con atención y corregir lo que se tenga que corregir para seguir avanzando en el proceso de reforma económica y social que se ha emprendido. Por lo tanto, es un hecho político elemental y trascendente contraponerle a la guerra política que le han declarado los socialistas al gobierno, una respuesta pragmática e inteligente tomando en cuenta las observaciones pertinentes y apropiadas que han planteado los socialistas melistas.

Primero que todo, hay que analizar la crítica que los socialistas plantean en relación al crecimiento económico y contra argumentarlo desde el ángulo histórico. Veamos el escenario del despegue que asume el gobierno nacionalista en el 2014. Se heredó un porcentaje de crecimiento del 2.8% equivalente a una variación del PIB per cápita de -5.2%. Sin embargo, ya al final del primer año del gobierno que dirige JOH, se logra un crecimiento del 3.5% equivalente a un PIB per cápita del 2.7% (Datosmacro.com.). Obviamente, que tal incremento tiene que crecer más y ser sostenible para alcanzar el nivel de vida que la mayoría de la población requiere para vivir dignamente y reducir el desempleo y la pobreza como se anhela idealmente. Todavía, para alcanzar los niveles óptimos de bienestar social y económico, hay que recorrer un trecho más largo en el proceso de cambio estructural del aparato productivo. Está claro que la política económica actual sigue una ruta apropiada y que se necesita lograr un crecimiento económico sostenible e inclusivo. El logro es real porque hay respuestas favorables por parte de los organismos internacionales que han comprobado que los indicadores son verdaderos y efectivos. Negar el esfuerzo realizado por el gobierno en relación al crecimiento económico, es asumir una posición política inconsecuente, que no contribuye a crear la atmósfera favorable para mejorar el incremento de bienes y servicios de la economía, y por lo tanto, el de la renta.

Los socialistas, tienen razón al señalar que el efecto derrame del crecimiento económico aún es insatisfactorio pero están equivocados al afirmar que la estabilidad macroeconómica hasta hoy alcanzada, es irreal. Considero que sí se ha producido un relativo derrame económico (spillover effect) porque la estabilidad macroeconómica es real y contribuye a incrementar el turismo y la industria hotelera, también han aumentado las inversiones en obras de infraestructura estratégicas, debido al acceso positivo que se tiene al financiamiento internacional, y que se ha obtenido porque los indicadores macroeconómicos, son considerados favorables. Lo cual, genera confianza en la atmósfera internacional y nacional al nivel de los empresarios que lo toman como incentivo para invertir.

En consecuencia, la tasa de ocupación tiende a subir y la tasa de desempleo a mantenerse constante (OIT, 2014). Por otra parte, en la agricultura los efectos positivos del crecimiento económico son menores pero no ausentes. Los socialistas pueden constatar los esfuerzos que hace el gobierno para aumentar el crédito bancario en condiciones menos restrictivas para lograr un efecto en la actividad económica más amplio. Sin embargo, tienen razón cuando indican que debe prestársele mayor atención a este sector y al de la industria porque son generadores de empleo. Al respecto, habrá que evaluar la incidencia de los ajustes fiscales, los elevados niveles de la deuda y la baja competitividad de nuestras exportaciones como frenos de la recuperación. En relación a las finanzas públicas, los socialistas no reconocen que la administración del Presidente JOH ha tenido resultados exitosos en el proceso de saneamiento de las finanzas públicas. No obstante que el gobierno ha logrado estabilizar las finanzas al reducir el déficit fiscal, controlar el gasto corriente y hacer más eficiente el proceso de captación de los ingresos; para los socialistas, las finanzas públicas no han contribuido “a mitigar los efectos de la crisis”. Sin embargo, los resultados de la aplicación de dicha política demuestran que se han creado las condiciones necesarias para orientar el endeudamiento externo a la inversión pública y redistribuir el ingreso para cumplir metas de desarrollo social principalmente con sectores de población viviendo en condiciones de pobreza extrema. La verdad aunque los socialistas melistas no quieran aceptarlo, es que en la presente coyuntura gubernamental, se ha superado el ineficaz manejo de la situación macroeconómica que imperaba, se ha evitado la corrupción pública y privada alarmante, se ha combatido con eficacia la inseguridad causada por el narcotráfico y el crimen organizado, se ha mejorado el nivel de inversión y de protección social, de inversiones en infraestructura y de generación de empleo cuya tasa de crecimiento ha aumentado. Los socialistas melistas, convenientemente adoptan una guerra política turbia y oportunista en contra del gobierno porque con ello buscan atraer a los electores hacia Libre en vista de las nuevas elecciones que están por ocurrir en el 2017. Son buenos para denunciar pero no aportan propuestas constructivas que contribuyan a superar la crisis, desarrollar un crecimiento económico inclusivo, reducir los niveles de desigualdad social y lograr una democracia participativa compartida. Los socialistas melistas caen en la hipocresía y ven la paja en el ojo ajeno pero no ven la viga que tienen en su propio ojo. Se inclinan a criticar las políticas del gobierno actual y olvidan que también ellos cuando gobernaron tuvieron defectos aún más graves en las políticas que critican.

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