“Pestes”

“Pestes”


Por Mario E. Fumero

Cuando hablamos de “pestes”, inmediatamente viene a nuestra mente el mal olor, sin embargo, en el sentido bíblico la palabra “pestes” en la Biblia hace alusión a epidemias o plagas. Jesucristo afirmó que sería una de las señales de los últimos días de la humanidad, refiriéndose a los tiempos del fin, por lo que dijo: “se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares”. Mateo 24:7. Noten que se afirma, la que hoy en día es realidad, pues entre las muchas calamidades que se levantarían, aparecerían “pestes”, o sea, epidemias que azotarían a todo el mundo.

En el libro de Apocalipsis capítulo seis y versículo ocho, se describe el cuarto caballo de la revelación, de color amarillo, el cual que traería la muerte y la destrucción a la cuarta parte de la población del mundo, y describe que esto ocurriría por espada, indicando guerras, por hambre, mortandad que es igual a epidemias, y fieras rapaces. El término “mortandad” es igual a “pestes” que significa plagas, y no cabe duda que estamos llenos de plagas y epidemias por todos lodos.

Después del ébola, que azotó al África y mató a miles de personas, en América nos enfrentamos a una serie de epidemias que comenzaron con el simple dengue. Después este dengue se transformó en hemorrágico y luego dio lugar a la chikungunya, para transformase en el zica, el cual más que una epidemia, ya se ha convertido en una pandemia en todos los países latinoamericanos. La pregunta que me hago es: ¿Qué seguirá después?, porque los virus son mutantes, y estos tienen en jaque mate a los científicos, pues cuando logran dominar una plaga o epidemia, inmediatamente aparece otras peores, derivada de la misma y con características peores.

¿Será posible que las epidemias y las guerras puedan destruir el 25% de la población mundial como dice la Biblia? Esto significa que 1 de cada 4 habitantes morirán por las causas señaladas ¿Cuántos mueren a diario debido a guerras, enfermedades incurables, epidemias endémicas, o por fenómenos naturales? Son preguntas que nos llevan a reflexionar sobre el anuncio profético de Jesucristo respecto a la realidad que, según se acerca el fin de los tiempos, todas estas calamidades aparecerán. ¿Estaremos preparados para enfrentar esta crisis que lo abarca todo, y pone en peligro la supervivencia de la humanidad?

El cambio climático producirá fenómenos naturales, y como efecto del mismo se perderán muchas cosechas, y se incrementará a nivel mundial el hambre, siendo este otro elemento señalado por las profecías bíblicas. Actualmente los organismos internacionales afirman que alrededor de 795 millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa. La FAO afirmó que cada año más de 11 millones de menores de 5 años mueren como consecuencia directa o indirecta del hambre y la alimentación inadecuada o insuficiente. Millones de niños padecen enfermedades relacionadas con la falta de vitaminas y minerales, y con la contaminación de los alimentos y el agua las epidemias se generalizan. Eso equivale a que una de cada nueve personas en la tierra son azotadas por plagas, que atacan no solo los seres humanos, sino también los recursos naturales, de los cuales depende la vida.

Actualmente la destrucción de bosques, debido al gorgojo del pino, es una amenaza para el país, ya que al destruirse los mismos, muchas fuentes de agua desaparecerán, y lo peor es que ahora el zica nos amenaza como otros fenómenos más, y dicha plaga será indetenible a menos que formemos un nudo fuerte para combatir a nuestro peor enemigo, el mosquito aedes aegypti. Así que guerra al zancudo o resignemos a ver crecer la muerte y tragedia de miles de hondureños.

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