¡Vergüenza!

Por Boris Zelaya Rubí

“Los niveles endémicos de corrupción e impunidad han contribuido a la incapacidad del Estado de Honduras de satisfacer las necesidades de la población y de construir instituciones transparentes”.

Entre los lobos, cuando el líder de la manada muere, toda la jauría aúlla en señal de dolor, pero inmediatamente los machos (Alfa) se pelean y es sustituido.

Es así que los depredadores políticos corruptos, giran alrededor de un líder, manejando por jerarquía su poder para delinquir. Cuando el jefe desaparece por reclusión o muerte, la pandilla tiene que subsistir, quedando por un tiempo únicamente los recuerdos de las grandes hazañas del famoso dirigente, que pasa inexorablemente al olvido. Tienen que continuar con sus labores delictivas, para mantener su status económico, reproducirse y proteger a sus familiares y amigos. Es la ley de la “mafia” o crimen organizado, su ciclo de vida estará siempre amenazado por riesgos previstos o calculados, de eso depende la existencia del grupo.

El comportamiento delincuencial de algunos hondureños en el campo político, empresarial y policial, nos ha hecho perder la dignidad y el respeto a nivel mundial, convirtiéndonos en marionetas experimentales, por la falta de credibilidad en nuestros ciudadanos, que aunque los hay probos, la duda del pueblo por tantos delitos, no permite que participen en la reconstrucción de la patria.

La denuncia ha sido permanente por sectores de oposición al actual gobierno y al partido político que los llevó a dirigir la nación, después de iniciar una “cacería de corruptos”, ahora por algunos resultados que obtuvo una comisión internacional en la hermana República de Guatemala, donde fueron condenados por actos de corrupción algunos funcionarios de alto nivel, los gritos de los sectores de oposición en nuestro país piden una intervención igual.

Los casos de impunidad del pasado nos han orillado a una situación vergonzosa, a pesar de los esfuerzos del actual Presidente de la República, quien ha demostrado con hechos estar eliminando todo tipo de delincuencia, ahora estamos a punto de ver anuladas algunas potestades del Estado, al instalarse la anunciada Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), esperamos que no tenga poderes absolutos, que violen nuestra dignidad de pueblo libre, soberano e independiente. Los consejeros aceptados por nuestro gobierno ¡bienvenidos! pero sin poderes omnímodos, que los resultados sean del conocimiento público para que tomen acciones nuestras autoridades.

Cuando participamos en activismo político, caminamos hombro a hombro con muchos pretendientes a cargos de elección popular, al final algunos de los triunfadores obviaron su labor de servir al pueblo y saquearon las arcas junto a su parentela y amigotes. Sentimos mucho el camino equivocado que tomaron, aunque demostraron por miles de vericuetos legales su inocencia en los casos denunciados.

Un miembro de la barra de abogados anticorrupción, manifestó públicamente, “los sentimientos” de un sector de la población en relación al político más carismático que ha habido hasta la fecha en Honduras. Comentaba que “la gente del Partido Nacional, andaba con mucha pena por las calles, porque muchos amaban al expresidente Rafael Leonardo Callejas y que se les había caído. Rafael Leonardo, resultó ser un ídolo con pies de barro, concluyó el togado. También expresó que lo acontecido había provocado una contracción en el alma de los nacionalistas, hasta los cachurecos decentes, se sienten mal”, dijo. Nosotros por el bien de la patria y su familia deseamos que pueda probar su inocencia. Por experiencia sabemos el dolor que causa una injusticia.

Vamos a rememorar las palabras atribuidas al expresidente Roberto Suazo Córdova, “…mejor hagámonos un estado asociado de los Estados Unidos de Norte América”, nuestro agradecimiento a los dirigentes de esa poderosa nación, ¡ayúdennos a tener gobiernos y autoridades electas por el pueblo, sin fraudes, para preservar nuestra democracia!

De rodillas solo para orar a Dios.