Los “ninis” son una bomba de tiempo
Los “ninis” son una bomba de tiempo
Andrés Oppenheimer
Hubo preocupación en América Latina la semana pasada cuando se dio a conocer el nuevo pronóstico del Fondo Monetario Internacional, según el cual la economía de la región se contraerá un 0.3% en 2016; pero esto último podría revertirse relativamente pronto. Lo que resulta mucho más alarmante es otro informe que pasó casi inadvertido, de acuerdo con el cual cada vez más jóvenes en la región tienen poco futuro.
El número de jóvenes que no trabaja ni estudia –mejor conocidos en la región como los “ninis”– creció a 20 millones durante la última década, según el nuevo estudio del Banco Mundial dado. El creciente número de “ninis” amenaza con provocar más desigualdad, pobreza y delincuencia en el futuro cercano, dice.
Entre las conclusiones del informe titulado “Ninis en América Latina”:
1. Uno de cada cinco jóvenes latinoamericanos de entre 15 y 24 años no trabaja ni estudia. El número total de “ninis” creció a 20 millones, a pesar de los booms económicos de la región durante la primera mitad de la década del 2000.
2. Los “ninis” representan un 20% de la población joven de América Latina. Esto es casi el doble del 11% de “ninis” en los países industrializados.
3. Dentro de América Latina, Honduras y El Salvador tienen el mayor porcentaje de “ninis”, alrededor del 25% de su población juvenil respectivamente, mientras que en Perú el porcentaje es del 11%. En cifras absolutas, Brasil, Colombia y México tienen el mayor número de “ninis”.
4. Dos tercios de todos los “ninis” latinoamericanos son mujeres, muchas de las cuales abandonan la escuela debido a embarazos. Pero el grupo de más rápido aumento de la población “nini” es el de los varones jóvenes, muchos de los cuales son reclutados por las pandillas o el crimen organizado.
¿Por qué debemos alarmarnos por estas cifras? A corto plazo, ya que los jóvenes desempleados tienden a aumentar los índices de criminalidad. A largo plazo, el aumento de los “ninis” es una amenaza económica porque es poco probable que estos jóvenes encuentren buenos empleos y reduce la ventaja demográfica de América Latina en las próximas décadas.
Los economistas coinciden en que América Latina se beneficiará de un “bono demográfico” en los próximos 20 años, pues –a diferencia de los países europeos con bajas tasas de natalidad– la región tendrá una población de trabajadores relativamente jóvenes que ayudarán a subsidiar a los ancianos. Pero si el porcentaje de “ninis” sigue subiendo, la región no será capaz de beneficiarse de esta ventaja demográfica.
¿Qué debe hacerse? El estudio del Banco Mundial recomienda más medidas para mantener a los jóvenes en las escuelas, como las transferencias monetarias condicionadas para las familias de los jóvenes que permanecen en la escuela que se usan en México y Brasil; la detección temprana de potenciales desertores escolares, y más información a los jóvenes sobre los beneficios económicos de terminar sus estudios. Para aquellos que ya han abandonado la escuela, el estudio recomienda más planes de Gobierno, tales como el programa “Jóvenes” en Chile y Colombia, que ofrecen tres a seis meses de cursos de capacitación técnica a jóvenes para trabajos específicos que son requeridos por empresas privadas.
Mi opinión: estas sugerencias del Banco Mundial son buenas, pero yo añadiría otras dos, tanto o más importantes.
En primer lugar, América Latina debe crear una cultura de obsesión social por la educación de calidad –como la que existe en Asia–, que puede ser creada mediante campañas mediáticas dirigidas a los jóvenes.
En segundo lugar, la educación en las escuelas de la región debería ser más divertida.
A juzgar por lo que vi en las escuelas primarias en Finlandia, China y Singapur –que lideran varios rankings de educación– muchos niños ahí aprenden con juegos.
Sus maestros están mejor capacitados, son evaluados con regularidad, y pueden enseñar a resolver problemas abstractos a través de juegos. En la mayoría de los países latinoamericanos, los maestros son considerados “trabajadores de la educación” en lugar de profesionales, y sus métodos de enseñanza son del siglo XIX. A no ser que América Latina se centre en resolver el problema de los “ninis”, su próxima recuperación económica no será tan prometedora como debería ser.
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